El sistema nervioso vegetativo, o también llamado autónomo, regula muchos órganos de manera inconsciente para nuestra mente. Esto nos permite una independencia mayor a la hora de realizar nuestros hábitos diarios. Su equilibrio nos permite estar saludables, aunque también nos prepara para afrontar momentos de estrés o que nos suponga un peligro. Aquí te daremos una detallada explicación y si quieres aprender del tema de manera profesional, no dudes en consultar nuestro curso de auxiliar de fisioterapia para complementar tus conocimientos.
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¿Qué es el sistema nervioso vegetativo?
El SNA (sistema nervioso autónomo) o sistema nervioso vegetativo es una parte imprescindible del sistema nervioso. Puedes ubicarlo tanto en el sistema nervioso periférico como en el central, que permite el funcionamiento automático de órganos.
Otra división que podemos encontrar en el SNA es, por un lado, el sistema nervioso simpático y, por otro, el sistema nervioso parasimpático. Lo curioso de ambos sistemas es su funcionamiento que, en ocasiones, aparenta ser opuesto. Al final, esta oposición que crean consigue que haya un equilibrio en el organismo. Pero, mejor, veamos más cerca la misión de este conjunto para que puedas comprenderlo.
¿Cuál es la misión de este sistema?
Su misión es que tus órganos internos funcionen correctamente sin que tengas que prestarle atención. Por ejemplo, tu corazón y tus pulmones se mueven de forma automática, siendo imprescindibles para la vida. Esto se logra gracias al SNA.
De la misma forma, puedes deglutir, hacer una correcta digestión o usar los sistemas excretores, por medio de este SNA. También, entre sus funciones está el desechar toxinas por medio del sudor. Es responsable del lagrimeo, que permite limpiar el ojo, aumentar o disminuir la secreción salivar, dilatar y contraer los bronquios.
Al igual que puedes sentir una subida de presión arterial, ante una situación estresante, también te hace notar una bajada. La relajación y contracción muscular de los ojos o el corazón es también responsabilidad del sistema nervioso vegetativo.
En el plano sexual ejerce su influencia, desde la creación de una erección hasta el orgasmo y la eyaculación. Si en una situación de peligro, necesitas la máxima energía para huir de un lugar o aumentar tu fuerza muscular, el SNA se encarga de ello. Asimismo, la micción está relacionada, al igual que la capacidad que tiene el cuerpo para liberar insulina. Otras de sus funciones consisten en la regulación del metabolismo, la temperatura corporal, así como el balance de electrolitos.
¿Por qué se le llama sistema nervioso vegetativo?
¿Sabías que el sistema recibe este nombre por su estado no consciente del ser humano? Su forma de actuación automática confiere al ser humano una relativa independencia con respecto al trabajo que realizan sus órganos.
Por lo general, cuando escuchas la palabra «vegetativo», puedes abordar algunos significados en tu mente. Por un lado, el relativo al mundo vegetal que, aunque parece no moverse ante tus ojos, goza de vida. Por otro lado, nos referimos al vegetal como algo inerte, que comparamos fácilmente con la falta de vida.
En este caso, nuestro sistema nervioso vegetativo no responde a nuestra voluntad. Actúa por su cuenta, sin apenas darnos cuenta, a menos que comencemos a sentir algunos de sus trastornos. También, en un momento de emergencia, logra activarse automáticamente, al mismo tiempo que se puede detener, si cree necesitarlo.
¿Cómo se divide el sistema nervioso vegetativo?
Aunque te hemos adelantado la distinción entre el sistema simpático y parasimpático, que son parte de su división, su estructura es más compleja. Principalmente, puedes distinguir tres partes.
A su vez, el sistema nervioso simpático distingue dos tipos de ganglios. Los ganglios paravertebrales se dividen de manera bilateral por las vértebras. Entre sí están unidos por una cadena simpática a nivel del coxis. Los ganglios prevertebrales los puedes ver en la zona delantera de la columna vertebral. Los neurotransmisores que usa son la noradrenalina y la adrenalina, que se activan ante una situación peligrosa.
Igualmente, el sistema nervioso parasimpático tiene su recorrido desde el abdomen hasta los nervios craneales. En el área craneal se distinguen los nervios oculomotor, facial, glosofaríngeo y vago. Después, según su distribución sacra, encontramos los nervios esplácnicos pélvicos.
No obstante, el sistema nervioso entérico está asociado al sistema gastrointestinal. Aunque los sistemas simpático y parasimpático, como ya hemos visto, intervienen directamente sobre este último.
¿Qué órganos dependen de este sistema?
Los órganos que dependen del SNA son todos los internos, como es el corazón, los pulmones, el hígado, las glándulas sudoríparas, digestivas y salivales. También intervienen en los riñones, el intestino, las pupilas, el estómago, los genitales y la vejiga. No podemos olvidar su importante papel en los vasos sanguíneos.
En lo que respecta a las vías respiratorias, por medio del sistema simpático, se logra que se ensanchen, para una mejor llegada del oxígeno. Esto ocurre en momentos de estrés o cuando el cerebro advierte que debes correr. Mientras tanto, el sistema parasimpático, puede dar la orden contraria, en el momento en que debe tranquilizar al organismo. Así, también consigue una disminución de la presión arterial, con tal de equilibrarlo todo.
Debido a su conexión generalizada, es posible que varios órganos inicien una acción conjunta ante una orden estos sistemas nerviosos. Corazón, pulmones y vasos sanguíneos toman protagonismo en una situación de peligro. La vejiga también suele retener la orina por más tiempo. Aunque en un desorden del SNA, la orden a la vejiga se puede alterar, produciéndose mayores ganas de ir al baño.
¿Dónde aprender sobre este sistema?
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Por lo tanto, podrás comprender que el sistema nervioso vegetativo, también denominado autónomo, permite que tus órganos internos funcionen. No necesitas estar consciente de ellos para que estos hagan su papel crucial, que te permiten respirar y oxigenarte.