Se estima que, en nuestro país, casi tres millones de personas padecen el síndrome de piernas cansadas. Se trata de una patología que es casi cinco veces más frecuente en mujeres que en hombres. Pesadez, falta de agilidad o sensación de hinchazón son algunos de sus principales síntomas. Descubre cómo prevenir su aparición y qué tratamientos pueden ayudar a reducirlo en este artículo. Recuerda que puedes especializarte en el sector con nuestro Máster experto en Tratamientos Corporales.
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¿Cuál es la causa de las piernas cansadas?
La principal función de nuestras venas es recoger toda la sangre que recorre nuestro cuerpo para llevarla al corazón, donde se oxigena y sale disparada de nuevo hacia todos nuestros órganos y tejidos. Cuando se trata de las piernas, tenemos que tener en cuenta que, para que la sangre circule en contra de la gravedad, la contracción de los músculos que las forman funcionan como una bomba que presiona las venas e impulsa la sangre para su correcta circulación. Sin embargo, a veces el retorno venoso no es suficiente, lo que puede provocar una dilatación en las venas. En consecuencia, es normal sentir hinchazón y pesadez en las piernas, ya que se trata de uno de los primeros síntomas que aparecen cuando se padece de piernas cansadas.
Si esto perdura en el tiempo, la tensión que se crea en las paredes venosas aumenta, lo que conlleva a que se vuelva menos elástica y pierda la capacidad de contención de la sangre. De este modo aparecen lo que conocemos como varices.
Tal y como comentábamos al inicio del artículo, las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir esta insuficiencia venosa, y por ende piernas cansadas. Sin embargo, los hombres también pueden sufrir sus consecuencias. Algunos de los factores que influyen directamente en este problema de salud son:
- Cambios hormonales, sobre todo femeninos, en los que el cuerpo experimenta una retención de líquidos mayor de lo habitual provocando dolor o malestar en las piernas
- Malos hábitos, como el sedentarismo, que pueden provocar una mala circulación y por consecuencia dolor y pesadez en las piernas
- Mala alimentación, ya que el sobrepeso y la obesidad son dos de las causas más comunes de las piernas cansadas
- El calor o las altas temperaturas, que provocan dilatación en las venas y retención de líquidos en las piernas
- El consumo de alcohol y tabaco, ya que afectan directamente a las paredes venosas, afectando directamente a las válvulas que retienen o permiten que la sangre circule
¿Cómo podemos prevenirlo?
- Manteniendo unos altos niveles de hidratación, ya sea a través del consumo de agua como de frutas o zumos naturales. Las cremas también son un buen aliado en este punto, sobre todo en invierno
- Evitando el calor local
- Elevando las piernas siempre que sea posible, por ejemplo cuando vayas a dormir o a descansar. También evita sentarte o estar de pie durante largos periodos de tiempo
- Manteniendo una alimentación sana y equilibrada, rica en fibra y evitando el consumo ultraprocesados, alcohol, tabaco o refrescos azucarados
- Caminando a diario, ya que además de los beneficios que aporta de por sí practicar deporte, la actividad física evitar la hinchazón y el cansancio de piernas
- Realizando baños fríos para disminuir la sensación de pesadez en las piernas. Masajearlas también es recomendable sobre todo para aliviar el cansancio y favorecer la circulación
Tratamientos para las piernas cansadas
Terapia compresiva
Este tratamiento consiste, principalmente, en aplicar cierta presión externa sobre determinados puntos de las piernas para favorecer la circulación y la desaparición o mejora de las avrices. Se realiza de manera decreciente y mediante el uso de vendas o medias de compresión elástica, entre otros.
Fitoterapia
Gracias al uso de las plantas como remedio medicinal, se ha descubierto que algunas de ellas mejorar y favorecen la circulación sanguínea. Entre ellas destacan el ginkgo biloba, el castaño de indias, el rusco, la centella asiática o el hamamelis virginiana.
Hidroterapia
Los masajes y las duchas frías siempre han sido un gran aliado para estimular y favorecer las paredes venosas. La aplicación de geles o cremas de efecto frío también ayudan a favorecer el retorno venoso.
Recuerda que todos los tratamientos deben ser realizados o acompañados por un profesional.