Con el paso del tiempo la piel envejece, se debilita y el rostro pierde elasticidad. El proceso de renovación de la piel se ralentiza. Acelerar el proceso de regeneración de las células es positivo para combatir el deterioro. Existen varios métodos de cuidado, entre ellos, el peeling facial.
Gracias a este tratamiento se eliminan las impurezas y conseguimos lucir un aspecto radiante, suave y limpio de la piel. Eso sí, es importante tratarla de manera adecuada, por ello se requiere de la especialización necesaria. Continúa leyendo para saber más y recuerda que te interesa el sector, puedes especializarte con nuestro Máster experto en Tratamientos Faciales.
Índice de contenidos
¿A qué hace referencia el término peeling facial?
Podríamos decir que este tratamiento es básicamente un tratamiento exfoliante que se encarga de eliminar las células muertas de las capas más superficiales de la piel. La piel se va regenerando día tras día, por ello la función del peeling facial consiste en eliminar las células viejas para que puedan renovarse con mayor facilidad. Con ello eliminamos las imperfecciones no deseadas y conseguimos que el tejido de la piel se mantenga uniforme, con mejor calidad y textura. En definitiva, es una fuente ideal de renovación e hidratación para el cutis.
Tipos de peeling principales
Este tratamiento puede realizarse con diversas técnicas en función de la intensidad de limpieza que se desee obtener. Sin embargo, hay que tener en cuenta que es un tratamiento donde se aplica un preparado químico, por lo que requiere del cuidado y control de una persona especializada. Por ello, el profesional médico o especialista será quien estime el tipo de peeling a utilizar según las características de la piel y las necesidades del propio paciente.
Según el grado de profundidad
- Peeling superficial, que es el tratamiento más suave. Actúa directamente sobre la epidermis y su objetivo es igualar el tono de la piel, suavizar las arrugas más finas y tratar la sequedad de la piel.
- Peeling medio, que tal y como su propio nombre indica, es el tratamiento es intermedio. Actúa sobre las capas superficiales y medias de la piel, es decir, en la epidermis y en las primeras capas de la dermis. Su objetivo es eliminar las cicatrices derivadas del acné y combatir las arrugas.
- Peeling profundo. Por último, este tipo de peeling actúa sobre las capas más profundas de la piel. Sirve principalmente para tratar las pieles más deterioradas, aquellas que presentan cicatrices profundas y arrugas marcadas.
Según la técnica que se utilice
- Peeling mecánico: Usa herramientas de exfoliación en el rostro. Cepillos, lijas…
- Peeling físico: Aplica un agente físico en la capa más superficial. Normalmente se masajea la piel del paciente a con una crema que contiene pequeñas partículas que sirven para erosionar la dermis.
- Peeling químico: Se aplica utilizando sustancias químicas aptas de exfoliación.
Beneficios del peeling facial
Respecto a los aspectos positivos del peeling facial más interesantes a nivel de resultado, es bueno saber que reactiva la corriente circulatoria, gracias a ello, aumenta la capacidad de absorción de nutrientes. También destruye las capas dañadas de la piel motivando así a la estimulación del crecimiento epidérmico.
Algunos de sus beneficios:
- Rejuvenece, ya que regenera con células nuevas más jóvenes que se multiplican y aportan luminosidad la piel. Además, aumenta y mejora el colágeno y la piel gana elasticidad firmeza y elasticidad.
- Combate imperfecciones, ya que equilibra la grasa de la piel y mejora el acné, elimina cicatrices y marcas leves, disminuye las manchas y suaviza las arrugas.
- Mejora la tonalidad de la piel, ya que la composición de la piel gana calidad, favoreciendo al ciclo de cambio de esta misma y su hidratación, aportando luminosidad.