Los neuromoduladores se han convertido en una herramienta esencial dentro de la medicina estética. Ayudan a mejorar la apariencia facial sin necesidad de procedimientos invasivos, por lo que cada vez es más habitual manejarlos en clínicas de estética. Pero, ¿sabemos realmente qué son los neuromoduladores en estética? En este blog los exploramos en profundidad, te detallamos cuáles son, ejemplos, usos comunes y mucho más. ¡Quédate para descubrirlo!
Índice de contenidos
¿Qué es un neuromodulador y ejemplos?
Los neuromoduladores son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso, modulando o alterando la actividad de los neurotransmisores. En el ámbito médico, los neuromoduladores se utilizan para tratar una amplia gama de condiciones neurológicas pero, en el campo estético, su aplicación está dirigida principalmente a la relajación de los músculos responsables de la formación de arrugas.
Ejemplos de neuromoduladores estéticos son el Botox, el Dysport o el Xeomin, nombres bajo los cuales se comercializa la toxina botulínica tipo A. Esta actúa bloqueando la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor responsable de la contracción muscular, lo que resulta en la relajación temporal de los músculos faciales.
Otro ejemplo de neuromodulador en estética es la prabotulinumtoxina-A, conocida comercialmente como Jeuveau. Se parece al Botox. Este neuromodulador es una versión purificada de la toxina botulínica y ha sido desarrollado para ofrecer resultados estéticos de alta precisión, especialmente en el tratamiento de arrugas dinámicas.
Estos son los tratamientos estéticos faciales más populares.
Usos comunes de los neuromoduladores en estética
Los neuromoduladores en estética se utilizan principalmente para tratar las arrugas dinámicas, como las líneas del entrecejo, las patas de gallo o las arrugas horizontales de la frente. Sin embargo, sus usos van más allá y se han empezado a utilizar para otras correcciones estéticas:
- Levantamiento de cejas. Al relajar ciertos músculos faciales, los neuromoduladores pueden elevar las cejas, creando una apariencia más joven y despierta.
- Reducción del bruxismo. El bruxismo, o el hábito de apretar y rechinar los dientes, puede ser tratado con neuromoduladores que relajan los músculos de la mandíbula.
- Afinar el rostro. En algunos casos, se utilizan neuromoduladores para reducir el tamaño de los músculos maseteros, afinando la línea de la mandíbula.
- Tratamiento de la hiperhidrosis. Los neuromoduladores también son eficaces para tratar la sudoración excesiva al bloquear las señales nerviosas que activan las glándulas sudoríparas.
Neuromoduladores en estética: cuáles son
Aunque la toxina botulínica es el neuromodulador más conocido y utilizado, existen varias formulaciones en el mercado. Cada una de ellas tiene ligeras variaciones respecto a los demás en materia de composición, eficacia y duración de los resultados.
Los principales neuromoduladores en estética son:
- Botox. Derivado de la toxina botulínica tipo A, este producto es especialmente eficaz para tratar las arrugas dinámicas. Sus resultados suelen durar entre 3 y 6 meses, en función del paciente y la zona tratada.
- Dysport. Es otra versión de la toxina botulínica tipo A, que se caracteriza por una distribución más amplia y rápida en los tejidos, lo que lo convierte en una opción ideal para tratar áreas más extensas del rostro como, por ejemplo, la frente.
- Xeomlin. Se distingue por ser una versión más purificada de la toxina botulínica, ya que no contiene proteínas complejantes, lo que reduce el riesgo de desarrollar resistencia al tratamiento.
- Jeuveau. Este es un neuromodulador relativamente nuevo en el mercado, también basado en la toxina botulínica tipo A. Ha sido diseñado específicamente para su uso en procedimientos estéticos, ofreciendo resultados rápidos y duraderos en el tratamiento de las líneas de expresión y las arrugas del rostro.
- Revance. Es un neuromodulador de nueva generación que promete una duración más prolongada en comparación con otras toxinas botulínicas. Aunque todavía está en proceso de consolidarse en el mercado, ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos, con efectos que pueden durar hasta seis o más meses.
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Beneficios y consideraciones de los neuromoduladores estéticos
Los neuromoduladores han ganado popularidad debido a su capacidad para proporcionar resultados visibles y efectivos sin necesidad de cirugía. Entre sus principales beneficios destacan:
- Procedimientos rápidos. Las inyecciones son mínimamente invasivas y se pueden realizar en una consulta rápida sin anestesia general.
- Resultados temporales pero duraderos. Aunque sus efectos no son permanentes, ofrecen una duración considerable.
- Mejora estética sin alterar expresiones faciales. No provocan una rigidez excesiva que limite las expresiones naturales.
Sin embargo, hay que considerar que los resultados de los neuromoduladores dependen de varios factores, como la dosis utilizada, el área tratada y las características individuales del paciente. Además, aunque los efectos secundarios son poco frecuentes, pueden incluir dolor leve en el sitio de la inyección, enrojecimiento o, en raros casos, asimetrías faciales temporales.
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