La exposición solar puede ser perjudicial para nuestra salud. Sobre todo, si se realiza sin protección. Muchas personas anteponen una piel bronceada a una sana, olvidando las terribles consecuencias que pueden sufrir. Sin embargo, en Escuela Clínica hemos encontrado una solución que te ayudará a conseguir un tono de piel dorado sin ponerte en riesgo. ¿Quieres descubrirlo? Continúa leyendo y aprende a elaborar un bronceador casero. Recuerda que puedes especializarte en el sector con nuestra formación especializada en Dermatología y Cosmética.
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¿Bronceador o protector?
Para muchas personas, una piel bronceada es sinónimo de salud y bienestar. Sin embargo, no siempre ha sido así. En la antigüedad, las pieles blancas eran sinónimo de poseer un estatus social alto, puesto que las clases bajas eran las que trabajaban de sol a sol. Con el paso de los años, la sociedad del siglo XX comenzó resaltar el tono de piel bronceado, ya que por aquel entonces las clases sociales más altas viajar a destinos exóticos, luciendo pieles bronceadas los 365 días del año.
Por ello no es de extrañar que, con la llegada del verano, los protectores solares y los bronceadores se hayan convertido a día de hoy en productos imprescindibles para muchas personas. Dentro de este punto, cabe estacar que ambos productos no son lo mismo. Utilizarlos de forma adecuada es imprescindible para no poner en riesgo la salud de nuestra piel.
Los bronceadores preparan la piel para tomar el sol. Si sus ingredientes son naturales, tales como aceites y extractos vegetales, tu piel estará hidratada y a medida que los ingredientes se vayan absorbiendo, la piel irá adquiriendo ese color dorado del que hablábamos anteriormente. Sin embargo, este producto no protegerá tu piel de los rayos UVA, a no ser que se indique lo contrario, ya que no se trata de un protector solar. Unirlos es la mejor manera de tomar el sol y broncearnos la piel.
¿Cómo hacer un bronceador casero?
Existen diferentes formas de crear un bronceador casero natural que te ayude a conseguir un tono de piel más bronceado pero sin exponerte al sol. Además, puedes realizarlo en casa de forma rápida y sencilla. Aquí te dejamos algunas recetas:
Bronceador casero con café
Para ello, necesitarás: una cafetera, café molido natural, un vaso de agua, una crema hidratante incolora o blanca y un bote con pulverizador vacío. Una vez tengas los ingredientes, deberás llenar los depósitos de la cafetera con el agua y el café. Prepáralo de forma habitual y, cuando esté listo, espera a que se enfríe. Una vez frío, mezcla la cantidad que desees de café, según el tono que quieras conseguir, con la loción corporal. Mézclalo bien y cuando tengas una mezcla homogénea, introdúcela dentro del bote. Agítalo bien, aplícatelo y extiéndelo por todo el cuerpo de forma uniforme hasta conseguir el efecto deseado. Utilízalo cada 10-15 días.
Bronceador de zanahoria, canela y miel
Necesitarás: 4 zanahorias sin pelar, 3 cucharadas de canela en polvo, 1/2 jarra de agua y 1 cucharada de miel. Corta las zanahorias, mézclalas con la canela en la licuadora y bátelos hasta que quede una pasta espesa y homogénea. Añade el agua a la pasta, hasta conseguir la consistencia que desees, y la cucharada de miel. Vuelve a batirlo todo a máxima potencia durante 1 o 2 minutos y ya tendrás listo tu bronceador casero de miel, canela y zanahoria. Utilízalo posteriormente a la exposición solar, ya que la potenciará sin arriesgarte. Para facilitar su uso, puedes colocarlo dentro de un bote con pulverizador.
Bronceador de té negro
Por último, para este bronceador casero necesitarás: 15 bolsitas de té negro y medio litro de agua. Pon a hervir el agua y sumerge las bolsas de té cuando esté hirviendo. Ayúdate con una cucharilla y, una vez bien mezcladas, deja reposar hasta que el agua esté fría. Vierte la mezcla en un bote vacío con pulverizador y rocíala por todo tu cuerpo de forma uniforme antes de tomar el sol.