¿Te llama la atención el mundo de la salud visual? Si te imaginas ayudando a las personas a ver mejor, a elegir sus gafas o a detectar problemas que podrían afectar su calidad de vida, entonces seguro que te has planteado formarte en óptica. Pero, claro, también te estarás preguntando: ¿merece la pena estudiar óptica? ¿Tiene salidas? ¿Es una carrera con futuro?
En este blog, te contamos todo lo que necesitas saber: lo bueno, lo no tan bueno y lo que nadie te dice. Vamos a repasar contigo si estudiar óptica es la elección correcta para ti. ¡Empezamos!
Índice de contenidos
¿Merece la pena estudiar óptica?
Sí, merece la pena estudiar óptica, aunque con matices. Como toda profesión sanitaria o técnica, requiere formación específica, responsabilidad y vocación. Pero también es una opción con muchas salidas, estabilidad laboral y contacto directo con las personas.
Estudiar óptica te prepara para ser una figura clave en la salud visual. No solo vas a trabajar con gafas y lentillas, también podrás detectar problemas visuales, orientar a pacientes y colaborar con oftalmólogos. Y si te va la tecnología, este sector está en constante evolución: nuevas lentes, instrumental, tratamientos personalizados… ¡No te aburres!
Además, se trata de una profesión con baja tasa de desempleo y alta demanda, especialmente si te formas bien y te mantienes actualizado. Y lo mejor: puedes especializarte o incluso montar tu propio negocio si lo tuyo es emprender.
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Ventajas y desventajas de estudiar óptica
Ahora bien, como todo en la vida, esta formación también tiene sus retos. Vamos a ver lo mejor y lo más complicado de estudiar óptica, para que puedas decidir con toda la información sobre la mesa.
Ventajas
Veamos primero cuáles son las ventajas de estudiar óptica:
- Alta empleabilidad. El aumento de problemas visuales por el uso excesivo de pantallas ha disparado la demanda de profesionales en óptica y optometría. Además, la población envejece, lo que significa más necesidad de gafas, lentes progresivas, revisiones visuales y tratamientos.
- Contacto directo con las personas. Si te gusta el trato con el público, vas a disfrutar mucho. Tu papel será fundamental para ayudar a otros a ver mejor, sentirse más cómodos y mejorar su calidad de vida.
- Variedad de salidas laborales. No todo es trabajar en una óptica, aunque sea lo más común. También te puedes enfocar hacia la investigación, laboratorios de lentes, colaborar con oftalmólogos, el sector de la salud visual…
- Formación técnica, pero accesible. Hay formaciones específicas en óptica que te permiten acceder al mercado laboral en un tiempo relativamente corto, con contenidos prácticos desde le inicio.
- Posibilidad de emprender. ¿Tienes alma emprendedora? Montar tu propia óptica es una posibilidad real. Es un sector en el que, si sabes moverte, puedes hacerte tu propio hueco y tener un negocio estable y rentable.
- Innovación constante. La óptica no es solo gafas; también es ciencia, tecnología y evolución. Cada año aparecen nuevas lentes, mejores tratamientos y avances que hacen que nunca te estanques.
- Aporta valor social. Ayudar a que una persona mayor pueda leer mejor, que un niño rinda más en clase porque ve bien, o que alguien con baja visión recupere su autonomía… ¡no es poca cosa! Tiene un impacto real en la vida de las personas.
Desventajas de estudiar óptica
No obstante, hay que tener en cuenta que existen desventajas de estudiar óptica que no debemos pasar por alto:
- Responsabilidad sanitaria. No olvides que trabajas con la salud visual de las personas. Aunque no eres médico, tu trabajo incide directamente en su bienestar, lo que implica mucha responsabilidad.
- Competencia en el sector. Si bien hay mucha demanda, también es un sector muy competitivo. Existen muchas ópticas y cadenas que a veces abaratan precios o imponen ritmos de trabajo intenso.
- Formación continua. Lo dijimos como ventaja, pero también puede ser un reto. Para estar al día y destacar, necesitas seguir aprendiendo constantemente. Nuevas técnicas, lentes, aparatos… Si no te gusta estudiar o reciclarte de vez en cuando, te puedes quedar atrás.
- Atención al cliente exigente. Trabajar cara al público puede ser gratificante, pero también agotador. Habrá días en los que te toque lidiar con clientes exigentes, reclamaciones o personas que no valoran tu trabajo.
- Horarios amplios en algunas ópticas. Según dónde trabajes, puede que tengas que adaptarte a horarios largos, sábados o turnos partidos. Aunque también hay muchas ópticas que ofrecen buena conciliación, este punto puede variar mucho de un lugar a otro.
- Coste inicial si decides emprender. Si tu sueño es abrir tu propia óptica, ten en cuenta que requiere inversión. No es imposible, pero sí necesita planificación, apoyo profesional y recursos económicos.
Entonces, ¿merece la pena estudiar óptica? Si te interesa la salud visual y te gusta el trato con las personas, y buscas una profesión con salidas y posibilidades de crecimiento, estudiar óptica es para ti.
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