Categoría: Logopedia

¿Qué es y qué hace la logopedia infantil?

La logopedia infantil es una rama de la logopedia centrada en los más pequeños. Evalúa, diagnostica y trata las dificultades del habla y el lenguaje en niños. Su objetivo principal es ayudar a los pequeños a desarrollar habilidades comunicativas adecuadas y superar cualquier obstáculo que pueda afectar su desarrollo lingüístico.

A lo largo de este blog conocerás todos los aspectos involucrados en la logopedia infantil, como qué es lo que hace, sus funciones y en qué momentos se recomienda acudir a un experto en terapia del lenguaje. ¿Nos acompañas para descubrirlo?

¿Qué es la logopedia infantil?

La logopedia infantil se dedica a estudiar y tratar los trastornos de comunicación en la infancia. Se centra en aspectos como el habla, el lenguaje, la voz y la comunicación en general. Esta área de la logopedia aborda tanto los problemas que afectan la producción del habla, como la articulación y la fluidez, como los relacionados con la comprensión y el uso del lenguaje.

Los logopedas infantiles son profesionales formados que utilizan técnicas y estrategias específicas para ayudar a los niños a mejorar su capacidad de comunicarse de manera efectiva. Esta labor es importante ya que la comunicación es crucial a la hora de desarrollarse social, emocional y académicamente.

No te pierdas: ¿Qué es la logopedia?

¿Qué hace un logopeda infantil?

Un logopedia infantil realiza una evaluación completa para identificar las áreas de dificultad. Esta evaluación puede incluir observaciones, entrevistas con los padres y pruebas estandarizadas. Una vez que se han determinado las necesidades del niño, se elabora un plan de intervención personalizado.

Además, entre lo que hace un logopeda infantil también encontramos la intervención como tal. Esta puede incluir ejercicios de articulación, actividades lúdicas para fomentar el lenguaje y técnicas para mejorar la fluidez. Además, los logopedas trabajan en colaboración con otros profesionales, como psicólogos y terapeutas ocupacionales, para ofrecer un enfoque integral en su tratamiento.

Es importante destacar que la logopedia infantil no solo se limita al trabajo con el niño. También implica la educación y el apoyo de los padres. En este sentido, los logopedas proporcionan orientación a las familias sobre cómo estimular el lenguaje en casa y cómo manejar las dificultades de comunicación.

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¿Cuándo hay que llevar a un niño a un logopeda?

Existen algunos síntomas y signos que indican cuándo hay que llevar a un niño a un logopeda. Como profesionales de atención temprana, educación y pedagogía, hay que estar pendientes de los siguientes aspectos:

  1. Retrasos en el habla. Si un niño no comienza a hablar a la edad esperada o tiene un vocabulario limitado en comparación con sus compañeros.
  2. Dificultades en la articulación. Si el niño tiene problemas para pronunciar ciertos sonidos, lo que puede dificultar su comprensión por parte de los demás.
  3. Problemas de fluidez. Por ejemplo, si hay tartamudeo o pausas excesivas al hablar, lo que puede afectar su confianza al comunicarse.
  4. Dificultades en la comprensión. Hay que considerar si existen problemas para entender instrucciones o preguntas simples, lo que podría ser una indicativa de un trastorno del lenguaje.
  5. Cambios en la voz. Como ronquera o falta de claridad, por ejemplo, en cuyo caso es importante consultar con un logopeda.

Puede que te interese conocer cuáles son los tipos de trastornos del lenguaje que se tratan en logopedia.

¿Qué tipos de niños necesitan visitar un logopeda?

Existen diferentes tipos de niños que necesitan ir a un logopeda. Los ejemplos más claros y que suelen encontrarse más a menudo los profesionales son:

  1. Niños con trastornos del desarrollo del lenguaje. Pueden presentar dificultades en la adquisición del lenguaje debido a factores genéticos, neurológicos o ambientales.
  2. Niños con dificultades de articulación. Aquellos que tienen problemas para producir ciertos sonidos o palabras pueden necesitar ayuda para mejorar su articulación y claridad al hablar.
  3. Niños con trastornos del espectro autista. Estos niños a menudo tienen dificultades en la comunicación social en la comprensión del lenguaje, lo que puede requerir un enfoque especializado.
  4. Niños con dificultades en la fluidez. Los que presentan tartamudeo o problemas de ritmo al hablar pueden beneficiarse de técnicas de fluidez y apoyo emocional.
  5. Niños que han sufrido lesiones o traumas. Aquellos que han experimentado lesiones cerebrales o traumas pueden necesitar intervención para recuperar habilidades comunicativas.

Eso sí, cabe recordar que cada caso y cada niño es único, por lo que el logopeda infantil deberá evaluar las necesidades específicas de cada uno para proporcionar la intervención que se adapte mejor a sus necesidades.

¿Qué hay que estudiar para ser logopeda infantil?

Lo que hay que estudiar para ser logopeda infantil es una formación académica especializada que otorgue los conocimientos necesarios en el sector. A lo largo de esta clase de formación, los estudiantes aprenden sobre el desarrollo del lenguaje, la anatomía del habla, la evaluación de los trastornos de la comunicación y las técnicas de intervención.

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Disortografía: qué es, síntomas, causas y actividades en el aula

La disortografía es un trastorno que afecta la habilidad de una persona para escribir correctamente. A diferencia de los errores comunes de ortografía que todos cometemos ocasionalmente, la disortografía es una condición que impide de manera persistente y significativa la correcta escritura de palabras, generando dificultades en la comunicación escrita.

En este post, exploraremos en detalle qué es la disortografía, sus posibles causas, cómo identificarla y más. ¡Síguenos!

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¿Qué es la disortografía y sus características?

Como hemos mencionado al inicio, la disortografía es un trastorno que afecta a la capacidad de escribir, presentando el niño o la niña una dificultad para transcribir palabras y para seguir las normas ortográficas. Este trastorno suele ir acompañado de otros que afectan al lenguaje oral o escrito.

Al igual que otros trastornos, la disortografía tiene diferentes niveles de afectación, pudiendo identificar unos síntomas u otros, como son:

  • Faltas de ortografía.
  • Omisión de acentos.
  • Confusión de letras a la hora de construir palabras.
  • Dificultades para deletrear.
  • Confusión a la hora de utilizar artículos.

Como puedes intuir, la colaboración conjunta entre padres y madres con los profesionales de la educación para este tipo de casos es imprescindible. De esta manera, los progenitores dan apoyo en casa mientras que los/as profesores/as son los encargados de promover el buen desarrollo de los peques a través de diferentes juegos y actividades en el aula.

Descubre qué es la disortografía

Causas de la disortografía

La disortografía suele tener su origen en causas intelectuales y dentro de estas se pueden identificar tres grandes grupos:

  • Causas lingüísticas. Al/La niño/a le cuesta adquirir el lenguaje y el vocabulario.
  • Causas pedagógicas. Según el modelo educativo, el paciente puede presentar dificultades cognitivas de diferentes tipos.
  • Causas perceptivas. Son esas relacionadas con la vista y el oído.

Ejercicios y actividades para trabajar la disortografía en el aula

Según las dificultades que presente el/la niño/a, los profesionales de la educación y la pedagogía podrán trabajar en el trastorno de la disortografía a través de diferentes actividades y ejercicios en el aula.

De esta manera, algunos de los ejercicios más empleados son:

  • Leer en voz alta, haciendo hincapié en las pausas y entonación.
  • Separar las sílabas, primero con palabras y después escritas con guiones.
  • Hacer dictados con frases que incluyan fonemas que puedan confundirse por su percepción auditiva o articular.
  • Ordenar palabras.
  • Hacer sopas de letras.
  • Rellenar oraciones con espacios en blanco.
  • Detectar la palabra intrusa.

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Si cuentas con formación y experiencia previa en el ámbito de la educación y/o la pedagogía, en Escuela Clínica contamos con la formación que necesitas para especializarte. Concretamente, te recomendamos estudiar el máster online en logopedia, trastornos del lenguaje y del habla, una titulación que consta de 750 horas y que está disponible online y a distancia.

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  • Detección patológica del habla y el lenguaje.
  • Anatomía y fisiología del sistema del habla y del lenguaje.
  • Técnicas de diagnóstico y evaluación de patologías.
  • Trastornos del aprendizaje relacionados con el lenguaje.
  • Trastornos del habla, de la comunicación, de la deglución, de la voz y de la fluidez.
  • Trastornos del habla y del lenguaje provocados por virus y bacterias.
  • Trastornos del habla y el lenguaje durante la vida.
  • Trastornos del habla y lenguaje en pacientes neurológicos, con lesiones cerebrales, con cáncer y con trastornos mentales.
  • Parkinson y Alzheimer.
  • Terapias disponibles para tratar los trastornos del habla y del lenguaje.
  • Implicaciones de los trastornos.
  • Ética y derecho.

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Trastornos del habla: cuáles son y diferencia con los trastornos del lenguaje

Los trastornos del habla son afecciones que pueden dificultar significativamente la capacidad de una persona para comunicarse de manera efectiva. Debido a la multitud de casos que existen, cada 6 de marzo se celebra el Día Europeo de la Logopedia, una jornada que tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de esta disciplina y sobre la labor de los profesionales que se dedican a ella. Y para acercarte un poco más a este ámbito, hoy te explicaremos qué son los trastornos del habla, cuáles son los tipos más comunes y en qué diferencian de los trastornos del lenguaje. ¡Síguenos!

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¿Qué son los trastornos del habla?

Los trastornos del habla son alteraciones que dificultan la comunicación oral de las personas que los padecen. Estos se manifiestan a través de una serie de obstáculos cuando una persona intenta crear o formar los sonidos necesarios que le permiten comunicarse verbalmente. Así pues, estos trastornos afectan tanto al habla como a la capacidad de entender lo que otras personas dicen.

Cabe destacar que estos trastornos suelen detectarse durante la infancia. Sin embargo, cada niño tiene su propio proceso de desarrollo, por lo que si un infante tarda un poco más en aprender a hablar, no tiene porque acarrearse a un supuesto trastorno del habla.

Diferencia entre trastornos del habla y trastornos del lenguaje

Aunque los términos “trastornos del habla” y “trastornos del lenguaje” a menudo se usan indistintamente, se refieren a dos tipos diferentes de problemas de comunicación.

Como hemos explicado, los trastornos del habla se refieren a aquellas dificultades en la producción física y articulación de los sonidos, la forma en que se pronuncian las palabras y la fluidez al hablar.

En cambio, los trastornos del lenguaje afectan a la comprensión y al uso de este, incluyendo el vocabulario, la gramática y la comunicación social. Una persona que sufra este trastorno tendrá dificultades para entender el significado de lo que se está hablando y/o para comunicarse.

Descubre los tipos más comunes de trastornos del habla

Tipos de trastornos del habla más comunes

Existen varios tipos de trastornos del habla, cada uno con sus propias características y causas. A continuación, describiremos los más comunes para que sepas identificarlos.

Dislalia

La dislalia es un trastorno del habla que se caracteriza por generar dificultades en la pronunciación de ciertos sonidos o palabras. Por ejemplo, puede ser una dificultad pronunciar la “r”, “l”, “s” o “z”, lo que provoca que las palabras suenen diferentes o mal articuladas. Este trastornos puede estar causado o derivar de problemas anatómicos, genéticos o neurológicos.

Disfemia o tartamudez

La disfemia, comúnmente conocida como tartamudez, se caracteriza por interrupciones involuntarias en el flujo del habla. Las personas con tartamudez pueden tener dificultad para comenzar o terminar una palabra, repetir sonidos o palabras, o prolongar ciertos sonidos. Estas interrupciones pueden ser físicas, como bloqueos en la respiración o tensión muscular, o pueden manifestarse a través de pausas o silencios incómodos.

Este trastorno puede estar causado por la genética de la persona, el estrés emocional, el desarrollo del lenguaje, la ansiedad y otros factores ambientales.

Disartria

La disartria se produce cuando hay una disfunción en el sistema nervioso que controla los músculos involucrados en el habla. Las personas con disartria pueden tener dificultades para articular palabras claramente, lo que puede hacer que su habla sea difícil de entender. Además, pueden tener problemas con la prosodia, es decir, con el patrón de entonación, ritmo y acentuación del habla. Factores como lesiones cerebrales, enfermedades neurodegenerativas y otras condiciones médicas pueden causar la disartria. 

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Taquifemia

La taquifemia se caracteriza por un aumento de la velocidad del habla y la presencia de repeticiones de palabras o sílabas. Las personas con taquifemia pueden hablar tan rápido que su habla puede ser difícil de entender y, en algunos casos, puede parecer que tienen dificultades para respirar durante el habla. Este trastorno puede estar causado por la ansiedad, el estrés emocional y trastornos del procesamiento auditivo o neurológicos.

Disglosia

La disglosia se produce cuando hay una disfunción en los músculos de la boca, lengua, labios y mandíbula, que se utilizan para hablar y pronunciar palabras. Como resultado, las personas con disglosia pueden tener dificultades para articular sonidos con claridad y precisión, lo que puede hacer que su habla sea difícil de entender. Lesiones cerebrales, la parálisis facial, o los trastornos neuromusculares, entre otros, pueden causar este trastorno. 

Afasia

La afasia puede afectar tanto a la comprensión como la expresión del lenguaje. Esto significa que las personas que padecen este trastorno pueden tener dificultades tanto para entender a los demás cuando hablan, como para expresarse verbalmente. La afasia suele producirse como resultado de una lesión en el cerebro, como un accidente cerebrovascular, una lesión cerebral traumática o una enfermedad degenerativa como la enfermedad de Alzheimer.

Tipos de trastornos del lenguaje: cuáles son y cómo afectan

El lenguaje se desarrolla, sobre todo, en edades tempranas. Con el paso de los años, este también evoluciona, junto con el crecimiento y maduración de las personas. Sin embargo, hay que prestar especial atención a los primeros años de vida, pues algunos niños y niñas pueden presentar una serie de dificultades que pueden dar lugar a diferentes tipos de trastornos del lenguaje. Estos suelen afectar a nivel oral y escrito, interfiriendo en el rendimiento intelectual y académico. Es por ello por lo que en este artículo vamos a explicarte en qué consisten los trastornos del lenguaje, cuáles son y en qué se diferencian de los trastornos del habla. ¡Quédate!

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¿Qué son los trastornos del lenguaje?

Los trastornos del lenguaje son alteraciones que dificultan la comunicación y que implican una serie de dificultades para hablar, leer, escuchar y escribir. Estos trastornos pueden ser leves o más graves, pero siempre afectarán a la capacidad de una persona para comunicarse. Hay que tener en cuenta que cada trastorno puede surgir como consecuencia de diversas causas, como los problemas de audición o incluso los problemas cerebrales.

De esta manera, algunas de las características en común de los trastornos del lenguaje son:

  • Inconveniente para expresar pensamientos o ideas de manera coherente.
  • Uso incorrecto de las palabras y dificultad para formar oraciones.
  • Impedimento para recordar palabras o los nombres de ciertos objetos.
  • Problemas para leer o escribir de manera fluida.
  • Dificultad para participar en conversaciones o debates.

Descubre los tipos más comunes de trastornos del lenguaje

¿Cuál es la diferencia entre los trastornos del lenguaje y los trastornos del habla?

Los trastornos del lenguaje y los trastornos del habla son problemas relacionados, pero difieren en algunos aspectos. A grandes rasgos, los trastornos del lenguaje son problemas relacionados con la comprensión y uso del lenguaje, mientras que los trastornos del habla presentan dificultades con la producción de los sonidos, las letras o las sílabas que conforman el habla.

Por otro lado, los trastornos del lenguaje pueden incluir dificultad para comprender instrucciones, obstáculos para expresar pensamientos o ideas de manera clara y coherente, e impedimentos para participar en conversaciones. En cambio, los trastornos del habla provocan dificulta para producir sonidos o sílabas de manera precisa, para hablar con fluidez y para controlar la entonación del habla. 

También hay que tener en cuenta que es posible tener un trastorno del lenguaje sin necesidad de tener un trastorno del habla. Por ejemplo, una persona con un trastorno del lenguaje podría tener dificultad para comprender instrucciones, pero hablar con fluidez y sin problemas de pronunciación. Por el contrario, una persona que padece un trastorno del habla tendría dificultad para hablar con fluidez, pero podría comprender el lenguaje y expresarse perfectamente. 

Tipos de trastornos del lenguaje

Como podrás intuir, existen distintos tipos de trastornos del lenguaje, cada uno de ellos con sus propios síntomas y sus tratamientos. Cada uno de ellos puede afectar de manera diferente, pues según el trastorno, dificulta una área de desarrollo u otra. A continuación, hablamos de algunos de los tipos más conocidos.

Dislexia

Este trastorno del lenguaje dificulta el procesamiento y comprensión del lenguaje escrito, por lo que, a las personas con dislexia les es difícil leer y escribir con fluidez. A menudo tienen problemas para reconocer palabras y comprender el significado de las frases y los párrafos.

La dislexia se diagnostica a menudo durante la infancia, cuando los niños comienzan a aprender a leer y escribir. Sin embargo, también puede afectar a los adultos que hayan tenido dificultades para aprender a leer y a escribir debido a un trastorno del lenguaje o una lesión cerebral.

Los tratamientos para la dislexia incluyen terapias del lenguaje con un logopeda, entrenamiento en lectura y escritura y el uso de herramientas tecnológicas para ayudar a leer y a escribir con mayor facilidad.

Afasia

La afasia afecta la capacidad de una persona para hablar, comprender el lenguaje hablado y escrito, leer y escribir. Puede estar causada por daños en el cerebro, como una lesión cerebral traumática, un derrame cerebral o un tumor cerebral. Otra de sus causas puede ser una enfermedad degenerativa como el Alzheimer.

Los síntomas de la afasia pueden incluir dificultad para encontrar las palabras adecuadas, problemas para pronunciar correctamente y dificultad para seguir conversaciones o comprender lecturas.

El tratamiento de la afasia incluye terapias del lenguaje y otros enfoques de reeducación del lenguaje. El tratamiento puede ser más efectivo si se inicia temprano después de la lesión cerebral o la enfermedad.

Disfemia

La disfemia, también conocida como tartamudeo, afecta a la forma en que una persona habla. Las personas con disfemia tienen dificultad para producir sonidos correctamente al hablar y pueden tener problemas para controlar el flujo de aire a través de las cuerdas vocales y los músculos faciales. 

La disfemia puede ser causada por una gran variedad de factores: problemas con el sistema nervioso central, lesiones cerebrales o trastornos neurológicos, o problemas físicos, como malformaciones o anomalías en las cuerdas vocales o en los músculos faciales.

Los tratamientos para la disfemia incluyen terapias del lenguaje y ejercicios para fortalecer los músculos faciales y las cuerdas vocales. También se pueden utilizar dispositivos de asistencia del habla, como dispositivos de amplificación o comunicadores de voz sintética, para ayudar a las personas con disfemia a comunicarse de manera más efectiva.

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¿Qué es la logopedia?

La logopedia se encarga de investigar, tratar y prevenir los trastornos de la comunicación humana. Lo más habitual es que pensemos en profesionales que ayudan a pronunciar correctamente ciertas letras, pero su trabajo va mucho más allá. Por un lado, al mejorar la forma de comunicarse de las personas con alguna dificultad, se sienten mucho mejor consigo mismas. Y, por el otro lado, también tratan problemas cognitivos o físicos.

¿Te ha sorprendido? Hay muchas cosas que todavía no se saben sobre esta área de trabajo: infórmate y profundiza en ella con nuestra oferta formativa. En ella encontrarás formaciones en las que aprenderás sobre los procesos que intervienen en el desarrollo del lenguaje y de las habilidades de comunicación, y más cosas.

Funciones de la logopedia

La logopedia trata los problemas o disfunciones relacionadas con el lenguaje. Los logopedas trabajan desde distintos campos: el cognitivo, el físico y el fisiológico. Además, realizan su trabajo no solo para niños, sino también para tratar problemas que ocurran en los adultos.

¿Qué hace un logopeda?

Un logopeda no solo se encarga de ayudar a pronunciar bien ciertos vocablos. También ofrece su servicio para ayudar a mejorar el uso de la voz con terapia postural y a tratar problemas causados por la afasia o la disartria de pacientes con una lesión cerebral, por ejemplo. Además, su trabajo ayuda a minimizar ciertos avances de enfermedades degenerativas como, la demencia.

Otras de las funciones del logopeda son mejorar la capacidad de tragar, beber o respirar de forma segura. Esta es una de las tareas menos conocidas de estos profesionales, que también se ocupan, aunque no lo creas, de mejorar la comprensión del lenguaje escrito.

Sin embargo, estas funciones no quitan las más habituales y conocidas en los campos de comunicación. Los logopedas tienen la principal tarea de tratar los trastornos de la comunicación, lo que incluye el lenguaje oral y escrito. También se encargan de la mejora de posibles disfunciones en el habla, la audición u otras funciones orales que se relacionan con la deglución o la respiración.

Tratamientos de la logopedia

Hay diversas técnicas que emplean los logopedas para tratar a sus pacientes. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Técnicas de relajación. Estas técnicas permiten que el paciente sea más consciente de los músculos de su cara y del control que ejerce sobre ellos.
  • Técnicas de autocontrol. Permiten mejorar el control que ejerce el paciente sobre el uso de su habla o lenguaje en su día a día.
  • Técnicas cognitivas. Se utilizan para intervenir en los procesos que lleva a cabo nuestra mente antes de articular el lenguaje.
  • Técnicas respiratorias. Mejora el proceso respiratorio en general, pero también su coordinación con el habla o la voz.
  • Terapia miofuncional. Se realiza para mejorar las funciones orofaciales, es decir, los órganos y músculos implicados en la respiración, deglución, succión, habla y voz.
  • Terapia deglutoria. Sirven para mejorar la capacidad de tragar del paciente.
  • Terapia lúdica. Se trata de una técnica usada especialmente para los más pequeños que consiste en convertir los ejercicios habituales del tratamiento en un juego para que sean más amenos y relajados para el niño.

¿Qué aprenderás con nuestro máster de logopedia?

Estudiar logopedia te permitirá profundizar en esta disciplina y convertirte en un experto en esta área. Con nuestro máster experto en logopedia y trastornos del lenguaje conocerás el desarrollo complejo y fundamental del lenguaje y la comunicación.

Además, te formaremos en todos los procesos implicados en estas funciones y conocerás cómo influye el desarrollo del lenguaje en los más pequeños y los procesos a nivel neuronal, fisiológico y anatómico que lo permiten.

Qué es la afasia, tipos y causas

La afasia es una afección que impide que te comuniques con normalidad. Su evolución es difícil de predecir, ya que varía según su origen, tipo y edad del paciente. A continuación, veremos en profundidad de qué trata este concepto, cuáles son sus síntomas y cómo puede prevenirse. Recuerda que si te interesa este sector de estudio, puedes especializarte con nuestro máster en detección de patologías del lenguaje y del habla.

¿Qué es la afasia?

Cuando hablamos de afasia nos referimos a la consecuencia de una lesión en las partes del cerebro que controlan el lenguaje. Normalmente, las zonas afectadas del cerebro son el lóbulo frontal izquierdo, el lóbulo temporal izquierdo, la parte posterior e inferior del lóbulo parietal izquierdo y las conexiones entre ellas. Esta afección puede dificultar la lectura, la escritura y la expresión oral del paciente.

La afasia puede sufrirse a cualquier edad, ya que depende de diversos factores. Sin embargo, es habitual en ancianos o en personas de mediana edad. La gravedad y las consecuencias dependen también del grado y extensión de la lesión cerebral. Principalmente se pueden distinguir cinco tipos:

Afasia receptiva

Se produce cuando la lesión tiene lugar en las áreas temporo-parietales, donde se ubica el área de Wernicke. Se caracteriza porque el paciente puede escuchar la voz de las personas que lo rodean y ver palabras escritas en un papel sin lograr entender lo que escucha o lo que lee. A pesar de poder hablar con fluidez y a un ritmo natural, las frases que dicen o escriben suelen ser incoherentes. Además, no son conscientes de dichas faltas o errores gramaticales.

Afasia expresiva

Se produce cuando la lesión tiene lugar en el frontal izquierdo, donde se encuentra el área de Broca. La mayoría de los pacientes que la presentan tienen también un déficit motor del hemicuerpo derecho. A diferencia del tipo anterior, en este tipo de afasia el paciente es consciente de sus limitaciones. La expresión verbal se ve muy afectada en este tipo de afasia, al igual que la comprensión lectora. El paciente suele entender el significado de las palabras y sabe qué desea responder, pero encuentra dificultades expresarse con las palabras adecuadas. Por ello, interacciona poco y cuando lo hace suele ser con frases cortas y simples.

Afasia anómica

Se trata del trastorno afásico más común. El paciente tiene problemas para recordar conceptos, nombres, objetos, lugares… Cuando se expresa, suele darle vueltas a la cabeza, creando expresiones o frases con muchas palabras que le permitan expresar algo que hubiera podido decirse con una o con muy pocas palabras en condiciones normales.

Afasia de conducción

En este tipo la lesión radica a nivel temporal. Se pierde la capacidad de repetir lo que se oye o la comprensión de las frases. El paciente suele usar palabras equivocadas, expresándose a través de oraciones sin sentido.

Afasia global

Por último, este tipo de afasia es la más grave. Impide que el paciente pueda hablar, entender, leer o escribir, por lo que la persona no puede comunicarse por medio del lenguaje.

Causas principales y posible prevención

Una de las causas más frecuentes de este tipo de trastorno es el accidente o derrame cerebrovascular. Se produce cuando un vaso sanguíneo se bloquea o se rompe, impidiendo que el flujo de sangre y el oxígeno lleguen a todo el tejido cerebral. Sin embargo, también existen otras causas como los tumores cerebrales, los traumatismos craneoencefálicos causados por duros golpes en la cabeza, las infecciones o incluso la demencia o el Alzheimer. En algunas ocasiones, los episodios temporales de afasia pueden producirse a causa de las migrañas, de convulsiones o de un accidente isquémico transitorio.

Como veíamos anteriormente en los tipos, los síntomas afectan directamente a la forma que tiene los pacientes de expresarse. Por ello, para su prevención, es importante prestar atención a cualquier causa que pueda provocar esta afección. Para ello, se deben evitar todo tipo de lesiones cerebrales, manteniendo unos niveles de colesterol en sangre, evitando excesos con el tabaco o el alcohol o manteniendo una dieta sana y equilibrada para evitar cualquier causa de sobrepeso.

La terapia del habla y del lenguaje es imprescindible para este trastorno, ya que procura mejorar la capacidad de comunicación del paciente. Además, ayuda a encontrar otros métodos que permitan al paciente comunicarse con los demás.

Identificar y detectar la dislexia

La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje de origen neurobiológico. Su identificación y detección temprana puede ayudar a mejorar, tratar y corregir sus efectos. En el artículo de hoy, conoceremos en profundidad qué es y cómo se puede detectar la dislexia. Recuerda que si te interesa este ámbito de estudio, puedes especializarte con nuestro Máster experto en Logopedia, Trastornos del Lenguaje y del Habla.

¿Qué es la dislexia?

Debido al desconocimiento muchas veces se confunde el concepto de dislexia con el de falta de inteligencia. Las personas que padecen este trastorno presentan dificultades para, por ejemplo, leer con fluidez. Sin embargo, estas dificultades no están relacionadas con la inteligencia del individuo.

Tal y como comentábamos anteriormente, la dislexia es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer de raíz, ya que afecta ciertas zonas del cerebro que procesan el lenguaje.  Es una situación que perdura toda la vida, siendo la etapa escolar aquella en la que mayor es su impacto. Por ello, es imprescindible conocer los diferentes síntomas que se pueden presentar, ya que existen enfoques y estrategias de enseñanza que pueden ayudar y mejorar las habilidades lectoras de los niños. 

Algunas manifestaciones de la dislexia

Dependiendo de la edad y de la persona, la dislexia puede presentar diversas manifestaciones. A continuación vamos a ver cuáles son los signos más conocidos para detectar la dislexia clasificados por rangos de edad:

En niños de entre 3 y 5 años

  • Poca fluidez en la expresión oral.
  • Confusión entre palabras fonéticamente parecidas.
  • Lenguaje espontáneo poco claro.
  • Dificultades de ritmo, coordinación, equilibrio y orientación.
  • Dificultad para aprender a escribir su nombre y para reconocerlo.
  • Dificultad para memorizar canciones y rimas infantiles.

En niños de entre 6 y 9 años

  • Dificultades de reconocimiento entre izquierda y derecha.
  • Falta de concentración y atención.
  • Especial dificultad en la adquisición de la lectura y la escritura.
  • Dificultad para leer los números.
  • Dificultades para establecer las pausas en una narración.
  • Carencia de vocabulario.

En niños de entre 9 y 12 años

  • Dificultad para exponer conocimientos de una forma autónoma.
  • Su capacidad de concentración es muy breve.
  • Dificultad para el aprendizaje de lenguas extranjeras.
  • Lectura lenta y mecánica.
  • Dificultad para copiar de la pizarra.
  • Uso incorrecto de los tiempos verbales.

A partir de los 12 años

  • Los problemas conductuales como baja autoestima o desinterés.
  • Dificultad para buscar en el diccionario.
  • Dificultades en ejercicios de lectura, escritura y cálculo.
  • La lectura es lenta y laboriosa.
  • Dificultad para redactar textos.

Juegos para trabajar la dislexia

Lo primero que debemos tener en cuenta es que el diagnóstico debe hacerlo un especialista. La presencia de algunos de los síntomas anteriores no debe ser motivo de preocupación o miedo, simplemente debe servir para prestar más atención al comportamiento y evolución del paciente. Una vez elaborado el diagnóstico, en caso de confirmar la presencia de dislexia, existen diferentes actividades y juegos que pueden hacerse en casa para ayudar y mejorar las habilidades del paciente.

Palabras inventadas

Para llevarlo a cabo debe elaborarse una tabla de dos columnas. En una de ellas escribiremos una palabra real, por ejemplo mesa, y en la otra columna escribiremos una palabra inventada, por ejemplo meza. El objetivo es que distingan cuál de las dos es la palabra inventada.

Cuenta-sílabas

El objetivo de este juego es que, al contar las sílabas de una frase o párrafo, el niño centre su atención en las letras y en sus sonidos.

Palabras encadenadas

Este juego trata de encadenar palabras entre sí. El adulto elegirá una palabra y la dirá en alto, por ejemplo cama. A su vez, el niño ha de decir una nueva palabra que comience por la última sílaba de la palabra que ha pronunciado el adulto, por ejemplo mano.

Lectura y escritura

Por último, pero no por ello menos importante, los mejores ejercicios para mejorar las habilidades de los niños con dislexia es ayudarles a practicar la lectura y la escritura. Con ello no solo mejorarán la identificación de las sílabas y sonidos, sino que podrán reconocer mejor las palabras y su escritura.

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