Categoría: Enfermería

¿Qué es la epistaxis y qué debo hacer para evitarla?

Las hemorragias nasales son más comunes de lo que parece. Muchas de ellas se producen como consecuencia de pequeñas irritaciones o resfriados. La hemorragia nasal es comúnmente conocida como epistaxis y se caracteriza por la existencia de derrames de sangre procedentes de los vasos sanguíneos situados en la parte anterior del tabique nasal o en un punto posterior de la fosa nasal. A continuación, te contamos todo sobre ella. Recuerda que puedes estudiar y ampliar tu formación mediante nuestra oferta formativa especializada en medicina y la salud.

¿Qué es la epistaxis?

La nariz tiene gran cantidad de vasos sanguíneos que, al ser muy pequeños, pueden sangrar fácilmente. El aire que se respira por la nariz puede provocar sequedad e irritar las membranas que recubren y protegen su interior. Debido a esta sequedad, se crean costras que sangran cuando se irritan. Estas hemorragias son más usuales en invierno, cuando hacen su aparición virus que provocan el resfriado o gripes y el aire en interiores es más seco.

La mayoría de las hemorragias suele darse en la parte delantera del tabique nasal, ya que es aquí donde tiene lugar la separación de ambos lados de la nariz. Menos frecuente son las epistaxis que se presentan en la parte alta del tabique o en una zona más profunda de la nariz como son los senos nasales y la base del cráneo. Este último caso es más complicado de controlar.

Síntomas de la epistaxis

El principal síntoma es el sangrado por la nariz. Normalmente, este tipo de hemorragia suele ser escasa y de poca duración (menos de quince minutos). En caso de ser más grave, la sangre puede fluir por una de las partes o ambos orificios nasales (bilateral).

Otros síntomas que puede tener la epistaxis son:

  • Mareos
  • Náuseas y vómitos
  • Taquicardia
  • Sudoración alta
  • Hipotensión

Causas principales de la epistaxis

Al hablar de las causas que provocan la epistaxis, observamos que los sangrados se producen debido a factores predisponentes, es decir, tras la exposición a elementos en ambientes secos y al sudor de descongestionantes (vasoconstrictores) tópicos. Dentro de las causas, podemos encontrar dos tipos: las locales y las generales.

Causas locales

  • A causa de rinitis seca y atrófica.
  • Debido a infección en las fosas nasales como rinosinusitis o enfermedades granulomatosas como la tuberculosis, la enfermedad de Wegener, sífilis, etc.
  • Provocada por desviaciones o perforaciones del tabique
  • Cuerpos extraños introducidos en la nariz
  • Aparición o presencia de tumores benignos o malignos en las fosas y senos paranasales
  • A consecuencia de traumas nasales accidentales debido a un golpe o quirúrgicos tras una operación en la zona

Causas generales

  • Enfermedades como la hipertensión arterial o la vasculopatía diabética.
  • Por motivo hormonal durante la pubertad o el embarazo al producirse un aumento de la vascularización de la mucosa nasal.
  • Discrasias sanguíneas como coagulopatías congénitas como la hemofilia o por el uso excesivo de anticoagulantes o antiagregantes.
  • Anomalías vasculares como la enfermedad de Rendu-Osler-Weber o malformaciones arterio-venosas.

Consecuencias de la epistaxis

En la mayoría de casos, las hemorragias nasales se suelen detener sin necesidad de tener que acudir a un médico y duran entre quince y veinte minutos. Aunque, cuando el sangrado está formado en segmentos posteriores, es recomendable acudir a un especialista que se encargue de detenerla. Este último tipo puede llegar a ser peligroso y son habituales tras una lesión u ocasionados por una alta presión sanguínea, desórdenes nasales, arterioresclerosis, etc.

En algunas ocasiones, es posible que el sangrado de la nariz sea aviso de que existe otro problema más serio, como pueden ser alteraciones en la coagulación sanguínea o la presencia de algún tumor nasal.

Precauciones principales a tener en cuenta

En el momento en que se produce una epistaxis debemos tomar una serie de precauciones:

  1. Mantener una postura neutral de la cabeza y no echarla hacia atrás para que no se produzca deglución o aspiración de la sangre.
  2. Se debe presionar pinzando las narinas durante unos quince minutos.
  3. Se puede introducir un algodón o gasa mientras se realiza cierta presión, o bien impregnar el algodón con agua oxigenada antes de introducirlo en la nariz para conseguir un mayor efecto hemostático.
  4. Para prevenir futuros sangrados se recomienda hidratar las fosas nasales con una pomada nasal o vaselina neutra. Se desaconseja la manipulación digital en fosas nasales para limpiarlas, en su lugar es mejor lavarlas con suero fisiológico o agua de mar.
  5. Si se da un episodio de epistaxis, el paciente ha de intentar mantenerse en calma, ya que los sangrados nasales suelen ser breves y tienen su origen en las fosas nasales.

Si, a pesar de todas las acciones anteriores, el sangrado activo persiste, lo mejor es acudir al médico o especialista.

Tratamiento de la epistaxis

La inmensa mayoría de los sangrados de la nariz terminan deteniéndose por sí solos, sin que sea necesario contar con ayuda externa dentro siempre, como máximo, de los quince minutos siguientes. Sin embargo, ciertas hemorragias que se producen en la parte posterior de la nariz pueden resultar más graves y es necesaria la atención médica.

De forma local y autónoma, el paciente ha de:

  • Mantener la calma, sentarse e inclinarse hacia delante
  • No rascarse ni frotarse la nariz
  • Apretarse la nariz
  • Evitar hacer esfuerzos innecesarios como levantarse bruscamente, entre otros
  • En casos donde el sangrado es más grave, se puede tratar por medio de la cauterización, aunque antes es conveniente localizar e identificar el origen donde se está produciendo la hemorragia. Otra opción es recurrir al taponamiento nasal anterior, aunque se requiere hospitalización del afectado.

En última instancia, es posible que se tenga que realizar algún tipo de tratamiento quirúrgico para controlar definitivamente el sangrado. En este caso podemos encontrar tres métodos, que son la electrocoagulación, la ligadura arterial o la fotocoagulación láser, y cuya aplicación requiere el uso de anestesia general o sedación, así como de elementos como la endoscopia.

Consejos para mejorar la circulación sanguínea

Para que nos mantengamos con vida, la circulación sanguínea es algo primordial. Gracias a este proceso, se transporta oxígeno, nutrientes y hormonas, entre otras sustancias necesarias, a las células de todo nuestro cuerpo a través de las arterias, los capilares y las venas. Sin embargo, existen diversos riesgos o patologías que complican este proceso. En el artículo de hoy, vamos a analizar cuáles son y cómo pueden tratarse o evitarse. Recuerda también que si te interesa este sector de estudios, puedes especializarte con nuestra formación especializada en Cuidados de Patologías Cardiovasculares.

Cómo funciona la circulación sanguínea

Como bien sabemos, el corazón funciona en nuestro organismo como una bomba, que suele latir entre 60 y 100 veces por minuto. En cada uno de esos latidos, el corazón envía sangre a todo el cuerpo. Una vez finalizado ese tramo y antes de volver a realizarlo de nuevo, la sangre vuelve al corazón. Desde allí, se bombea hacia los pulmones para cargarse de oxígeno de nuevo para poder repetir el ciclo una y otra vez. El recorrido que sigue la sangre siempre va en la misma dirección y, como podéis imaginar, es un movimiento involuntario sin el cual no podríamos vivir.

Por otro lado, el sistema circulatorio está formado por vasos sanguíneos que permiten esta circulación sanguínea. Estos vasos funcionan como carreteras y uniones entre el corazón y el resto de partes de nuestro organismo. Podemos diferenciar, principalmente a las arterias, que transportan la sangre desde el corazón hacia el resto del cuerpo, y las venas, que trasportan la sangre desde el cuerpo hasta el corazón.

Algunas patologías del sistema circulatorio

  1. Aneurisma de aorta abdominal, que afecta al vaso principal del cuerpo que suministra sangre oxigenada. Ocurre cuando la pared de la aorta se debilita en el área del abdomen. Normalmente se debe a una presión arterial alta.
  2. Enfermedad coronaria, que es el tipo más común de enfermedad cardíaca. Se produce generalmente cuando se acumulan placas y colesterol en el interior de las paredes de las arterias coronarias.
  3. Infarto de miocardio, o ataque cardíaco, que ocurre cuando hay una obstrucción del flujo de sangre al tejido cardíaco.
  4. Enfermedad de Raynaud, un trastorno que hace que los vasos sanguíneos se estrechen cuando se tiene frío o se está estresado.
  5. Várices, una dilatación anormal de las venas, habitual sobre todo en las piernas, causada por la acumulación excesiva de sangre en su interior.

Cómo evitar la mala circulación sanguínea

Las causas de los problemas circulatorios no solo dependen de nosotros mismos, sino que también dependen de enfermedades o patologías específicas como las que hemos visto anteriormente. Además, debemos tener en cuenta que también influyen los genes, el colesterol alto y presión arterial alta, algunas lesiones, el tratamiento excesivo de medicamentos como aquellos que incluyen hormonas o los malos hábitos como el tabaquismo o el consumo de alcohol entre otros.

Sin embargo, no es algo que no se pueda disminuir o remediar. A continuación, os dejamos algunos consejos para que podáis mantener sanos vuestro corazón y una correcta circulación sanguínea:

  • Realizar mucho ejercicio físico.
  • Llevar una dieta nutritiva y sana, evitando las grasas saturadas.
  • Reducir la ingesta de grasas saturadas.
  • Tratar de no permanecer sentado por períodos prolongados.
  • Evitar los cambios de temperatura elevados, sobre todo en las piernas.
  • Mantener un peso saludable.
  • Evitar el tabaco.
  • Realizar revisiones médicas con regularidad.
  • Informar a tu médico sobre cualquier antecedente familiar relacionado con problemas de corazón.
  • Uso de medias de compresión para tratar varices.
  • Masajes para estimular el flujo sanguíneo.
  • Tratamiento láser o cirugía endoscópica de venas.

Farmacología, áreas y usos

La medicina es un sector que está en constante cambio. Es por ello que se han creado muchas terminologías nuevas. Sin embargo, algunos conceptos solo han evolucionado. Este es el caso de la farmacología. Continúa leyendo si quieres saber más acerca de este término y recuerda que puedes formarte en el sector con nuestro Máster en Farmacología Clínica para Farmacia.

¿Qué es la farmacología?

A grandes rasgos podemos definir el concepto de farmacología como la ciencia que estudia los fármacos en todos sus aspectos. Ésta engloba desde sus orígenes y proveniencia, hasta su sintetización en el cuerpo humano, pasando por su preparación, su origen y sus propiedades.

Existen varias etapas del conocimiento farmacológico. Por ello, el concepto de farmacología está íntimamente relacionado con otros campos de estudio similares:

  • La farmacocinética, que estudia la absorción, distribución, metabolismo y la eliminación de los medicamentos.
  • La farmacodinámica, que explica cómo el medicamento afecta al cuerpo y ser humano.
  • La farmacogenética, que evalúa cómo el cuerpo de una persona responderá a determinados medicamentos dependiendo de los genes.

Otras áreas de estudio principales

Al igual que el resto de ciencias, la farmacología está compuesta por diversas ramas o áreas de actuación que permiten que los profesionales de la salud puedan aplicarla en cada una de sus disciplinas. Además de los campos de estudios mencionados anteriormente, también nos encontramos con las siguientes áreas de la farmacología:

Farmacología terapéutica

Estudia el impacto terapéutico en los efectos de la farmacología, tanto de forma beneficiosa como de forma negativa.

Neurofarmacología

Evalúa y estudia las formas en las que los fármacos y/o medicamentos afectan el sistema cerebral de los pacientes. Es decir, estudia cómo reaccionan el sistema cerebral frente a una adicción y/o dependencia. A su vez, la neurofarmacología se divide en otras dos ramas denominadas Neurofarmacología Conductual y Neurofarmacología Molecular.

Farmacología molecular

Estudia cómo las moléculas neuronales reaccionan frente a la ingesta de diversos fármacos al organismo. También estudia cómo interactúan y qué reacciones neuroquímicas presentan. Gracias a ello, los farmacólogos desarrollan nuevos medicamentos que influyan directamente en las afecciones cerebrales y neurológicas como el dolor, los problemas psicológicos o las enfermedades neurodegenerativas.

A diferencia de la neurofarmacología conductual, que se basa en el estudio del comportamiento humano frente a las drogas, la farmacología molecular se basa en el impacto que los medicamentos tienen a nivel neuronal.

La importancia de la farmacología en enfermería

Debido a los diferentes ámbitos y campos de actuación, la Farmacología es una disciplina de gran importancia para todas las profesiones sanitarias. Hoy en día, no solo los profesionales médicos prescriben o recetan medicamentos. Por ello, es crucial que cualquier profesional que tenga la opción de administrar fármacos sepa en qué casos y a qué pacientes van destinados cada uno de ellos, cuáles son sus indicaciones, sus contraindicaciones y cómo deben administrarse.

El sector de la enfermería es uno de los que ms cerca está del paciente en el ambiente sanitario-hospitalario. Por ello, la especialización y conocimiento de esta ciencia es tan importante para dicho sector profesional. De esta manera, su labor de cuidado del paciente y administración de fármacos podrá realizarse con total eficacia y seguridad.

#iguru_soc_icon_wrap_675ab3c5c8910 a{ background: transparent; }#iguru_soc_icon_wrap_675ab3c5c8910 a:hover{ background: transparent; border-color: #2c8fa0; }#iguru_soc_icon_wrap_675ab3c5c8910 a{ color: #2c8fa0; }#iguru_soc_icon_wrap_675ab3c5c8910 a:hover{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89571{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89571:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89571{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89571:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89752{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89752:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89752{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89752:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89803{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89803:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89803{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89803:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c898a4{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c898a4:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c898a4{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c898a4:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89935{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89935:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89935{ background: rgba(44,143,160,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89935:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89a36{ color: #ffffff; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89a36:hover{ color: #2c8fa0; }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89a36{ background: rgba(44,143,160,0.01); }.iguru_module_social #soc_icon_675ab3c5c89a36:hover{ background: rgba(255,255,255,0.01); }