¿Qué hace un auxiliar de medicina estética?

El auxiliar de medicina estética es clave en las clínicas y centros especializados en tratamientos estéticos. Su labor consiste en asistir a los médicos en procedimientos no invasivos, preparar los materiales y garantizar que los pacientes reciban una atención de calidad. ¿Quieres conocer más? ¡Sigue leyendo!

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¿Qué hace un auxiliar de medicina estética?

Un auxiliar de medicina estética combina habilidades técnicas con trato cercano al cliente, contribuyendo a que la experiencia del paciente sea segura y satisfactoria. Entre sus tareas principales se encuentran la preparación de cabinas y equipos, el apoyo en procedimientos como limpiezas faciales, aplicación de peelings y terapias con aparatología, así como la gestión de agendas y citas. Además, suelen ser responsables de mantener un ambiente higiénico, siguiendo estrictas normas de esterilización y limpieza.

Su rol también incluye educar a los paciente sobre cuidados postratamiento y resolver dudas sobre los procedimientos realizados. Este enfoque integral permite garantizar que las clínicas funcionen eficientemente y que los pacientes tengan confianza en los tratamientos recibidos.

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¿Cuánto cobra un auxiliar de medicina estética?

El sueldo de un auxiliar de medicina estética varía según factores como la experiencia, la ubicación geográfica y el tipo de centro en el que trabaje. De promedio, su remuneración oscila entre los 1.200 y los 1.800 euros mensuales.

Aquellos auxiliares que trabajan en clínicas de alto prestigio o en áreas metropolitanas suelen recibir salarios más altos debido al volumen de pacientes y la complejidad de los tratamientos. Además, tener formación adicional o experiencia en técnicas específicas, como el uso de aparatología avanzada, puede aumentar significativamente el ingreso.

¿Qué estudia un auxiliar de medicina estética?

Un auxiliar de medicina estética debe estudiar cuidado estético y asistencia sanitaria. Los planes de estudio de este tipo de programas incluyen la anatomía básica, las técnicas estéticas, el manejo de aparatología, higiene y esterilización, así como atención al cliente. Estas competencias son fundamentales para desempeñar un papel eficiente y seguro en clínicas especializadas.

Los cursos para ser auxiliar de medicina estética se adaptan a diversos perfiles. Por lo general, cuánto dura el curso de auxiliar de medicina estética depende de la modalidad. En nuestro caso, la duración es de un año.

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Estudiar medicina estética es una excelente decisión para quienes desean combinar el cuidado personal con el desarrollo profesional. Este sector está en auge, ya que cada vez más personas buscan tratamientos que mejoren su apariencia y bienestar sin recurrir a procedimientos quirúrgicos. La demanda de personal cualificado en este ámbito hace que sea una opción laboral con gran estabilidad y proyección.

Existen numerosas opciones formativas para quienes desean especializarse en medicina estética. El máster que te ofrecemos desde la Escuela Clínica y de Ciencias de la Salud te permitirá ir un paso más allá en tu vocación y comprender cómo funciona este sector. ¿Quieres descubrir más?

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Crisis de lactancia: qué es, síntomas y cómo superarla

La lactancia materna es una de las etapas más importantes en la relación entre la madre y el bebé. Sin embargo, puede haber momentos en los que, de repente, el bebé parece más inquieto o pide más el pecho de lo habitual. Este comportamiento puede estar relacionado con una crisis de lactancia, un fenómeno natural que, aunque temporal, puede generar preocupación en las madres. Comprender qué es una crisis de lactancia, identificar sus síntomas y saber cómo actuar es fundamental para superarla de manera efectiva.

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¿Qué es una crisis de lactancia?

Una crisis de lactancia es una fase temporal en la que el bebé experimenta cambios en sus patrones de alimentación debido a un proceso de desarrollo o crecimiento. Durante estas crisis, el bebé puede mostrarse más demandante, llorar con más frecuencia y pedir el pecho de manera más continua. A menudo, las madres pueden interpretar este comportamiento como una señal de que no están produciendo suficiente leche, lo que genera incertidumbre. Sin embargo, estas crisis son una parte normal del desarrollo del bebé y no implican que haya un problema con la cantidad de leche producida.

Una de las preguntas más comunes es cómo saber si es una crisis de lactancia. Los principales indicadores son el aumento en la frecuencia de las tomas, la irritabilidad del bebé y una aparente insatisfacción después de alimentarse. Es crucial comprender que se trata de un comportamiento temporal y que responde a las necesidades cambiantes del bebé a medida que crece.

¿Cuánto tarda la crisis de lactancia?

Cada episodio de crisis de lactancia suele durar entre dos y siete días. Aunque puede parecer una fase interminable debido a la intensidad del comportamiento del bebé, es importante recordar que estas crisis son transitorias. Además, las crisis de lactancia tienden a aparecer en momentos específicos del desarrollo del bebé, como a las tres semanas, seis semanas, tres meses y seis meses de vida. Estas etapas coinciden con periodos de rápido crecimiento, lo que explica el aumento en la demanda de alimento.

Cada crisis puede manifestarse de manera diferente. Algunas madres pueden notar un aumento significativo en la frecuencia de las tomas, mientras que otras pueden observar cambios en la forma en que el bebé se alimenta. Mantener una rutina de alimentación a demanda durante este tiempo es clave para garantizar que el bebé reciba todo lo que necesita.

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¿Qué hacer ante una crisis de lactancia?

Enfrentarla puede ser desafiante, pero existen varias estrategias que pueden ayudar a superarla con éxito. Estas son algunas recomendaciones y consejos para superar la crisis de lactancia:

Alimentar a demanda

Es la mejor forma de asegurar que el bebé reciba la cantidad de leche que necesita, especialmente durante los estirones de crecimiento. A pesar de que las tomas pueden ser más frecuentes, esto no significa que la madre esté produciendo menos leche. El aumento de la frecuencia contribuye a la estimulación de la producción de leche para adaptarse a las necesidades del bebé.

Confiar en el proceso

Uno de los mayores desafíos emocionales durante una crisis de lactancia es la duda sobre si se está produciendo suficiente leche. Es importante recordar que el cuerpo de la madre está diseñado para ajustarse a la demanda del bebé. Aunque pueda parecer que el bebé no se está saciando, estas crisis son una respuesta natural a su crecimiento. Con el tiempo, la producción se equilibrará con las nuevas necesidades del bebé.

Cuidar de la madre

La madre puede sentirse agotada física y emocionalmente, por lo que es fundamental que reciba los cuidados necesarios. Dormir lo suficiente, mantenerse hidratada, tener tiempo para el descanso y llevar una alimentación equilibrada son aspectos esenciales para mantener la energía y el bienestar general. Encontrar y facilitar momentos de descanso, incluso si son breves, puede marcar una gran diferencia.

Buscar apoyo

A veces, simplemente hablar con otras madres y padres que han pasado por soluciones similares puede brindar consuelo y una perspectiva más positiva. Además, si persisten las dudas o las dificultades, no hay nada malo en consultar con un asesor de lactancia o con un pediatra que ofrezca orientación adicional en estos momentos.

Evitar el uso de biberones o chupetes

En medio de una crisis, puede ser tentador recurrir a biberones o chupetes para calmar al bebé. Sin embargo, es recomendable evitarlos, ya que pueden interferir con el proceso de lactancia natural. En particular, los biberones pueden reducir la estimulación necesaria para que la madre aumente su producción de leche. Si el bebé está inquieto, es preferible ofrecer el pecho con mayor frecuencia en lugar de introducir métodos alternativos.

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¿Qué se debe hacer en los primeros auxilios psicológicos?

Los primeros auxilios psicológicos son intervenciones tempranas y de emergencia que se aplican para ofrecer apoyo emocional y aliviar el impacto inmediato de una crisis. Se utilizan en situaciones de emergencia, catástrofes, traumas o eventos altamente estresantes. ¿Su objetivo? Estabilizar emocionalmente a la persona afectada para prevenir un daño psicológico mayor y facilitar el acceso a recursos de apoyo.

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¿Qué son los primeros auxilios psicológicos?

Los primeros auxilios psicológicos (PAP) son una intervención de emergencia diseñada para ayudar a las personas que han experimentado una situación traumática o de alto estrés. Este enfoque busca proporcionar alivio inmediato, fomentando la seguridad y tranquilidad en un entorno de crisis. A diferencia de otras intervenciones psicológicas que pueden requerir un enfoque terapéutico a largo plazo, los primeros auxilios psicológicos se centran en el corto plazo y tienen como objetivo inmediato minimizar el impacto emocional de un evento crítico.

Algunas características de los primeros auxilios psicológicos son:

  • Inmediatez. Se aplican de forma inmediata después de un evento traumático o en desarrollo.
  • No invasivos. No buscan explorar detalles profundos del trauma, sino estabilizar a la persona en el momento.
  • Universalidad. Cualquier persona puede necesitar primeros auxilios psicológicos, sin importar la edad, el género o el trasfondo cultural.
  • Orientados a la práctica. Buscan ofrecer apoyo tangible y recomendaciones prácticas, más que en realizar una evaluación psicológica profunda.

El objetivo de los PAP es ayudar a las personas a gestionar su reacción emocional inicial y darles herramientas para lidiar con la situación hasta que puedan recibir un tratamiento psicológico más especializado, si fuera necesario.

Conoce más acerca de qué son los primeros auxilios y consulta esta guía práctica acerca de cómo ofrecerlos.

¿Qué se debe hacer en los primeros auxilios psicológicos?

Cuando nos encontramos ante una persona que ha sufrido un evento traumático o estresante, es crucial seguir ciertos pasos para ofrecer primeros auxilios psicológicos de manera efectiva. Estos pasos ayudan a estabilizar emocionalmente a la persona y proporcionar un entorno seguro en el que pueda comenzar a procesar lo ocurrido:

  1. Evaluar la situación y asegurar el entorno. Lo primero que se debe hacer es garantizar que tanto la persona afectada como el entorno en el que se encuentra sean seguros. Esto incluye alejar a la persona de posibles peligros o factores de estrés adicionales.
  2. Escuchar de manera activa. Escuchar con empatía es una de las herramientas más poderosas en los primeros auxilios psicológicos. No se trata de forzar a la persona a hablar, sino de estar disponible y presente si se desea expresar sus emociones o pensamientos.
  3. Validar las emociones. Es fundamental reconocer y validar los sentimientos de la persona, sin minimizar o juzgar su reacción. Frases como “es normal sentirse así después de lo que has pasado” pueden ser de gran ayuda.
  4. Proporcionar información clara y práctica. En una situación de crisis, la persona puede estar confundida o desorientada. Proporcionar información concreta y sencilla sobre los siguientes pasos a tomar, o cómo acceder a apoyo adicional, puede generar una sensación de control y estabilidad.
  5. Fomentar el autocuidado. Animar a la persona a realizar acciones que le ayuden a estabilizarse, como respirar profundamente o beber agua, puede contribuir a la recuperación inmediata.

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¿Cuáles son las técnicas de los primeros auxilios psicológicos?

Existen diversas técnicas de los primeros auxilios psicológicos orientadas a reducir el impacto emocional inmediato de un evento traumático. A través de estos métodos, es posible proporcionar una base para el restablecimiento del equilibrio mental. Veamos cuáles son:

Contacto visual y físico

Establecer contacto visual y físico, si es apropiado, contribuye a reducir el impacto de un evento traumático. Mantenerse tranquilo y relajado, o un gesto suave como un apretón de manos o tocar el hombro de la persona, puede transmitir la sensación de seguridad y apoyo emocional que necesita para empezar a tranquilizarse.

Método del LASSO

Es una técnica de los PAP compuesta por cinco fases:

  1. L: escucha activa (listening). Permitir a la persona expresarse y hablar sobre sus sentimientos, si lo desea.
  2. A: aceptación (acceptance). Validar sus emociones sin juzgarlas.
  3. S: soporte (support). Consiste en ofrecer palabras de aliento y apoyo.
  4. S: sugerencias (suggestions). Se basa en proponer acciones que la persona puede llevar a cabo para mejorar su bienestar.
  5. O: orientación (orientation). Ayudar a la persona a dar los primeros pasos hacia la recuperación, como guiarla hacia profesionales que pueden brindarle apoyo a largo plazo.

Grounding o enraizamiento

Estas técnicas ayudan a que la persona se sienta conectada con el presente, ya que los eventos traumáticos a menudo llevan a un estado de disociación o desconexión emocional. Algunos ejercicios que son de utilidad son concentrarse en las sensaciones físicas (tocar un objeto, sentir el suelo bajo los pies) o realizar ejercicios de respiración, efectivos para anclar a la persona en el presente.

Técnicas de respiración

Una respiración controlada y profunda puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés en una situación crítica. Guiar a la persona a la hora de llevar a cabo respiraciones lentas y profundas puede contribuir a disminuir la respuesta fisiológica al estrés.

Reestructuración cognitiva inicial

Aunque no se busca intervenir de manera profunda en los pensamientos de la persona, ofrecer afirmaciones positivas y realistas puede ayudar a modificar percepciones negativas inmediatas. Por ejemplo, decir “aunque es difícil, vas a superar esto” puede aportar calma y esperanza.

Protocolo RAPID

Se trata de un enfoque estructurado para la intervención en primeros auxilios psicológicos y sus siglas significan:

  • R: reflexión. Escuchar y mostrar comprensión.
  • A: evaluar. Determinar el nivel de afectación y el riesgo de daño psicológico.
  • P: planificar. Desarrollar un plan inmediato para estabilizar a la persona.
  • I: intervenir. Aplicar las técnicas adecuadas para ayudar a la persona.
  • D: derivación. Si es necesario, derivar a la persona a un profesional de la salud mental para un tratamiento a largo plazo.

Los primeros auxilios psicológicos son un ámbito menos conocido, pero igual de importante para garantizar una atención efectiva y ayudar al bienestar mental y emocional de los pacientes. Aprende más sobre cómo funcionan los primeros auxilios con la formación que te ofrece nuestra escuela y especialízate en salud con nuestras titulaciones online. ¡Da el siguiente paso y empieza tu trayectoria en lo que te apasiona de verdad!

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¿Qué son los neuromoduladores en estética? Ejemplos

Los neuromoduladores se han convertido en una herramienta esencial dentro de la medicina estética. Ayudan a mejorar la apariencia facial sin necesidad de procedimientos invasivos, por lo que cada vez es más habitual manejarlos en clínicas de estética. Pero, ¿sabemos realmente qué son los neuromoduladores en estética? En este blog los exploramos en profundidad, te detallamos cuáles son, ejemplos, usos comunes y mucho más. ¡Quédate para descubrirlo!

¿Qué es un neuromodulador y ejemplos?

Los neuromoduladores son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso, modulando o alterando la actividad de los neurotransmisores. En el ámbito médico, los neuromoduladores se utilizan para tratar una amplia gama de condiciones neurológicas pero, en el campo estético, su aplicación está dirigida principalmente a la relajación de los músculos responsables de la formación de arrugas.

Ejemplos de neuromoduladores estéticos son el Botox, el Dysport o el Xeomin, nombres bajo los cuales se comercializa la toxina botulínica tipo A. Esta actúa bloqueando la liberación de acetilcolina, un neurotransmisor responsable de la contracción muscular, lo que resulta en la relajación temporal de los músculos faciales.

Otro ejemplo de neuromodulador en estética es la prabotulinumtoxina-A, conocida comercialmente como Jeuveau. Se parece al Botox. Este neuromodulador es una versión purificada de la toxina botulínica y ha sido desarrollado para ofrecer resultados estéticos de alta precisión, especialmente en el tratamiento de arrugas dinámicas.

Estos son los tratamientos estéticos faciales más populares.

Usos comunes de los neuromoduladores en estética

Los neuromoduladores en estética se utilizan principalmente para tratar las arrugas dinámicas, como las líneas del entrecejo, las patas de gallo o las arrugas horizontales de la frente. Sin embargo, sus usos van más allá y se han empezado a utilizar para otras correcciones estéticas:

  • Levantamiento de cejas. Al relajar ciertos músculos faciales, los neuromoduladores pueden elevar las cejas, creando una apariencia más joven y despierta.
  • Reducción del bruxismo. El bruxismo, o el hábito de apretar y rechinar los dientes, puede ser tratado con neuromoduladores que relajan los músculos de la mandíbula.
  • Afinar el rostro. En algunos casos, se utilizan neuromoduladores para reducir el tamaño de los músculos maseteros, afinando la línea de la mandíbula.
  • Tratamiento de la hiperhidrosis. Los neuromoduladores también son eficaces para tratar la sudoración excesiva al bloquear las señales nerviosas que activan las glándulas sudoríparas.

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Neuromoduladores en estética: cuáles son

Aunque la toxina botulínica es el neuromodulador más conocido y utilizado, existen varias formulaciones en el mercado. Cada una de ellas tiene ligeras variaciones respecto a los demás en materia de composición, eficacia y duración de los resultados.

Los principales neuromoduladores en estética son:

  • Botox. Derivado de la toxina botulínica tipo A, este producto es especialmente eficaz para tratar las arrugas dinámicas. Sus resultados suelen durar entre 3 y 6 meses, en función del paciente y la zona tratada.
  • Dysport. Es otra versión de la toxina botulínica tipo A, que se caracteriza por una distribución más amplia y rápida en los tejidos, lo que lo convierte en una opción ideal para tratar áreas más extensas del rostro como, por ejemplo, la frente.
  • Xeomlin. Se distingue por ser una versión más purificada de la toxina botulínica, ya que no contiene proteínas complejantes, lo que reduce el riesgo de desarrollar resistencia al tratamiento.
  • Jeuveau. Este es un neuromodulador relativamente nuevo en el mercado, también basado en la toxina botulínica tipo A. Ha sido diseñado específicamente para su uso en procedimientos estéticos, ofreciendo resultados rápidos y duraderos en el tratamiento de las líneas de expresión y las arrugas del rostro.
  • Revance. Es un neuromodulador de nueva generación que promete una duración más prolongada en comparación con otras toxinas botulínicas. Aunque todavía está en proceso de consolidarse en el mercado, ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos, con efectos que pueden durar hasta seis o más meses.

Conoce por qué es importante saber acerca de anatomía facial en el marco de los tratamientos de la medicina estética.

Beneficios y consideraciones de los neuromoduladores estéticos

Los neuromoduladores han ganado popularidad debido a su capacidad para proporcionar resultados visibles y efectivos sin necesidad de cirugía. Entre sus principales beneficios destacan:

  • Procedimientos rápidos. Las inyecciones son mínimamente invasivas y se pueden realizar en una consulta rápida sin anestesia general.
  • Resultados temporales pero duraderos. Aunque sus efectos no son permanentes, ofrecen una duración considerable.
  • Mejora estética sin alterar expresiones faciales. No provocan una rigidez excesiva que limite las expresiones naturales.

Sin embargo, hay que considerar que los resultados de los neuromoduladores dependen de varios factores, como la dosis utilizada, el área tratada y las características individuales del paciente. Además, aunque los efectos secundarios son poco frecuentes, pueden incluir dolor leve en el sitio de la inyección, enrojecimiento o, en raros casos, asimetrías faciales temporales.

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¿Qué es y qué hace la logopedia infantil?

La logopedia infantil es una rama de la logopedia centrada en los más pequeños. Evalúa, diagnostica y trata las dificultades del habla y el lenguaje en niños. Su objetivo principal es ayudar a los pequeños a desarrollar habilidades comunicativas adecuadas y superar cualquier obstáculo que pueda afectar su desarrollo lingüístico.

A lo largo de este blog conocerás todos los aspectos involucrados en la logopedia infantil, como qué es lo que hace, sus funciones y en qué momentos se recomienda acudir a un experto en terapia del lenguaje. ¿Nos acompañas para descubrirlo?

¿Qué es la logopedia infantil?

La logopedia infantil se dedica a estudiar y tratar los trastornos de comunicación en la infancia. Se centra en aspectos como el habla, el lenguaje, la voz y la comunicación en general. Esta área de la logopedia aborda tanto los problemas que afectan la producción del habla, como la articulación y la fluidez, como los relacionados con la comprensión y el uso del lenguaje.

Los logopedas infantiles son profesionales formados que utilizan técnicas y estrategias específicas para ayudar a los niños a mejorar su capacidad de comunicarse de manera efectiva. Esta labor es importante ya que la comunicación es crucial a la hora de desarrollarse social, emocional y académicamente.

No te pierdas: ¿Qué es la logopedia?

¿Qué hace un logopeda infantil?

Un logopedia infantil realiza una evaluación completa para identificar las áreas de dificultad. Esta evaluación puede incluir observaciones, entrevistas con los padres y pruebas estandarizadas. Una vez que se han determinado las necesidades del niño, se elabora un plan de intervención personalizado.

Además, entre lo que hace un logopeda infantil también encontramos la intervención como tal. Esta puede incluir ejercicios de articulación, actividades lúdicas para fomentar el lenguaje y técnicas para mejorar la fluidez. Además, los logopedas trabajan en colaboración con otros profesionales, como psicólogos y terapeutas ocupacionales, para ofrecer un enfoque integral en su tratamiento.

Es importante destacar que la logopedia infantil no solo se limita al trabajo con el niño. También implica la educación y el apoyo de los padres. En este sentido, los logopedas proporcionan orientación a las familias sobre cómo estimular el lenguaje en casa y cómo manejar las dificultades de comunicación.

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¿Cuándo hay que llevar a un niño a un logopeda?

Existen algunos síntomas y signos que indican cuándo hay que llevar a un niño a un logopeda. Como profesionales de atención temprana, educación y pedagogía, hay que estar pendientes de los siguientes aspectos:

  1. Retrasos en el habla. Si un niño no comienza a hablar a la edad esperada o tiene un vocabulario limitado en comparación con sus compañeros.
  2. Dificultades en la articulación. Si el niño tiene problemas para pronunciar ciertos sonidos, lo que puede dificultar su comprensión por parte de los demás.
  3. Problemas de fluidez. Por ejemplo, si hay tartamudeo o pausas excesivas al hablar, lo que puede afectar su confianza al comunicarse.
  4. Dificultades en la comprensión. Hay que considerar si existen problemas para entender instrucciones o preguntas simples, lo que podría ser una indicativa de un trastorno del lenguaje.
  5. Cambios en la voz. Como ronquera o falta de claridad, por ejemplo, en cuyo caso es importante consultar con un logopeda.

Puede que te interese conocer cuáles son los tipos de trastornos del lenguaje que se tratan en logopedia.

¿Qué tipos de niños necesitan visitar un logopeda?

Existen diferentes tipos de niños que necesitan ir a un logopeda. Los ejemplos más claros y que suelen encontrarse más a menudo los profesionales son:

  1. Niños con trastornos del desarrollo del lenguaje. Pueden presentar dificultades en la adquisición del lenguaje debido a factores genéticos, neurológicos o ambientales.
  2. Niños con dificultades de articulación. Aquellos que tienen problemas para producir ciertos sonidos o palabras pueden necesitar ayuda para mejorar su articulación y claridad al hablar.
  3. Niños con trastornos del espectro autista. Estos niños a menudo tienen dificultades en la comunicación social en la comprensión del lenguaje, lo que puede requerir un enfoque especializado.
  4. Niños con dificultades en la fluidez. Los que presentan tartamudeo o problemas de ritmo al hablar pueden beneficiarse de técnicas de fluidez y apoyo emocional.
  5. Niños que han sufrido lesiones o traumas. Aquellos que han experimentado lesiones cerebrales o traumas pueden necesitar intervención para recuperar habilidades comunicativas.

Eso sí, cabe recordar que cada caso y cada niño es único, por lo que el logopeda infantil deberá evaluar las necesidades específicas de cada uno para proporcionar la intervención que se adapte mejor a sus necesidades.

¿Qué hay que estudiar para ser logopeda infantil?

Lo que hay que estudiar para ser logopeda infantil es una formación académica especializada que otorgue los conocimientos necesarios en el sector. A lo largo de esta clase de formación, los estudiantes aprenden sobre el desarrollo del lenguaje, la anatomía del habla, la evaluación de los trastornos de la comunicación y las técnicas de intervención.

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¿Qué es el acné y cómo se produce?

El acné es una afección cutánea crónica que ocurre cuando los folículos pilosos de la piel se obstruyen con sebo (aceite) y células muertas. Esta acumulación puede desencadenar inflamación, infecciones bacterianas y diversas lesiones cutáneas, como espinillas, puntos negros o quistes. Aunque el acné es común en adolescentes debido a los cambios hormonales, también puede afectar a adultos, especialmente en mujeres, por fluctuaciones hormonales asociadas al ciclo menstrual, el embarazo o el uso de anticonceptivos.

El acné suele aparecer en áreas con mayor densidad de glándulas sebáceas, como la cara, el pecho, la espalda y los hombros. Esta condición puede variar en severidad, desde casos leves hasta formas más graves que pueden dejar cicatrices permanentes.

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Mecanismo de producción del acné

El acné se desarrolla a través de un proceso multifactorial, donde intervienen cuatro mecanismos principales:

  1. Hiperproducción de sebo: Las glándulas sebáceas, estimuladas por hormonas andrógenas, producen exceso de grasa. Este sebo puede combinarse con células muertas y formar un tapón que bloquea el folículo piloso.
  2. Queratinización anormal: Las células del folículo no se desprenden adecuadamente, lo que contribuye a la formación de un tapón en el poro.
  3. Colonización bacteriana: La bacteria Cutibacterium acnes (anteriormente conocida como Propionibacterium acnes), que normalmente reside en la piel, aprovecha el ambiente bloqueado y graso del folículo. Esta bacteria descompone el sebo en ácidos grasos irritantes, lo que desencadena una respuesta inflamatoria.
  4. Inflamación: La reacción del sistema inmune a la presencia de bacterias y la descomposición del sebo produce inflamación, lo que resulta en enrojecimiento, hinchazón y la formación de lesiones dolorosas.

Tipos de lesiones de acné

El acné puede manifestarse de varias formas, dependiendo de la gravedad de la obstrucción folicular y el grado de inflamación. Las principales lesiones del acné son:

  1. Puntos blancos (comedones cerrados): Ocurre cuando el folículo bloqueado se mantiene cerrado por la piel.
  2. Puntos negros (comedones abiertos): La obstrucción del folículo está abierta a la superficie y la melanina se oxida, dándole su color oscuro.
  3. Pápulas: Lesiones pequeñas, elevadas, rojas y sin pus, que representan inflamación temprana.
  4. Pústulas: Similar a las pápulas, pero con pus en la parte superior debido a la acumulación de células blancas en respuesta a la inflamación.
  5. Nódulos: Lesiones grandes, dolorosas y profundas en la piel, que pueden causar daño tisular.
  6. Quistes: Lesiones inflamatorias más graves, llenas de pus, que se encuentran profundamente en la piel y que, a menudo, dejan cicatrices.

Tipos de acné

El acné se clasifica en diferentes tipos, según la gravedad y las características de las lesiones:

  1. Acné comedoniano: Se caracteriza principalmente por la presencia de comedones abiertos (puntos negros) y cerrados (puntos blancos). Suele ser leve y no presenta inflamación significativa.
  2. Acné inflamatorio: Aquí predomina la aparición de pápulas y pústulas inflamatorias. Es una forma más grave que el acné comedoniano, ya que la inflamación puede extenderse y afectar capas más profundas de la piel.
  3. Acné quístico o nódulo-quístico: Es una forma severa de acné en la que los nódulos y quistes profundos se desarrollan. Puede causar cicatrices permanentes y dolor considerable.
  4. Acné conglobata: Este es uno de los tipos más graves de acné, caracterizado por la formación de nódulos grandes y conectados por fístulas, así como quistes y abscesos. Afecta grandes áreas de la piel y es más común en hombres.
  5. Acné fulminante: Es una forma rara y extremadamente severa, que generalmente ocurre en varones adolescentes. Se presenta con fiebre, dolor en articulaciones, y lesiones inflamatorias graves, acompañadas de síntomas sistémicos.

Tipos de tratamientos para el acné

El tratamiento del acné depende de su gravedad y puede incluir una combinación de terapias tópicas, orales y procedimientos especializados. A continuación, se describen los principales tratamientos:

Tratamientos tópicos:

  • Peróxido de benzoilo: Un agente antibacteriano y exfoliante que ayuda a reducir las bacterias y destapar los poros.
  • Retinoides tópicos: Ayudan a prevenir la obstrucción de los poros al aumentar la renovación celular. Incluyen tretinoína, adapaleno y tazaroteno.
  • Antibióticos tópicos: Como la clindamicina o eritromicina, que ayudan a reducir la inflamación y la proliferación bacteriana.
  • Ácido salicílico: Exfoliante que ayuda a descomponer las células muertas y reduce la inflamación.

Tratamientos orales:

  • Antibióticos orales: Como la tetraciclina, doxiciclina o minociclina, que se usan para reducir la inflamación y controlar la bacteria Cutibacterium acnes.
  • Anticonceptivos orales: Utilizados en mujeres para regular los niveles hormonales que afectan la producción de sebo.
  • Isotretinoína (Accutane): Un derivado de la vitamina A que se usa para el acné severo y resistente a otros tratamientos. Reduce el tamaño de las glándulas sebáceas y disminuye la producción de sebo.

Procedimientos:

  • Limpieza facial profesional: Tratamiento en el que un dermatólogo elimina manualmente los comedones.
  • Peelings químicos: Utilizan ácidos (como el ácido glicólico) para exfoliar las capas superficiales de la piel.
  • Terapia con láser o luz pulsada: Ayuda a reducir las cicatrices de acné y a controlar la inflamación.
  • Inyecciones de corticoides: Para reducir el tamaño y dolor de los nódulos y quistes inflamados.

El acné es una afección multifactorial que puede variar desde formas leves, como el acné comedoniano, hasta formas severas, como el acné quístico o conglobata.  Si bien no es una enfermedad grave, puede afectar la calidad de vida y la autoestima, por lo que es importante buscar atención médica para evitar complicaciones.

¿Cuáles son los arcos de movimiento?

El arco de movimiento es un concepto clave en la biomecánica y la fisioterapia, ya que se refiere al rango de movimiento que una articulación puede realizar en diferentes direcciones. Comprender los arcos de movimiento es esencial para mantener la salud articular y prevenir lesiones, así como para identificar posibles problemas en las articulaciones.

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¿Qué es el arco de movimiento?

El arco de movimiento se define como el rango total de movimiento que una articulación puede realizar en una dirección específica. Este rango varía dependiendo de la articulación y de la persona. Por ejemplo, el arco de movimiento del codo implica la capacidad de doblar y extender el brazo, mientras que el arco de movimiento del hombro incluye la capacidad de mover el brazo en un círculo completo.

Los arcos de movimiento son fundamentales para las actividades diarias y para el rendimiento deportivo, ya que permiten una movilidad eficiente y sin dolor. Un arco de movimiento normal significa que la articulación puede moverse sin restricciones y sin dolor dentro de su rango natural.

¿Qué es el arco de movimiento patológico?

Un arco de movimiento patológico se refiere a un rango de movimiento anormal o limitado en una articulación. Este término se utiliza cuando la articulación no puede moverse dentro de su rango normal debido a una lesión, enfermedad o deformidad.

Los problemas comunes que pueden causar un arco de movimiento patológico incluyen:

  • Artritis: Inflamación de las articulaciones que puede limitar el movimiento.
  • Lesiones: Como esguinces, desgarros o fracturas que afectan la articulación.
  • Contracturas musculares: Rigidez en los músculos que limita el movimiento.
  • Anquilosis: Fusión anormal de las articulaciones que restringe el movimiento.

Un arco de movimiento patológico no solo limita la funcionalidad de la articulación afectada, sino que también puede causar dolor y malestar, afectando la calidad de vida de la persona.

Tipos de arco de movimiento

Cada articulación del cuerpo tiene su propio arco de movimiento. A continuación, te explicamos los principales tipos de arcos de movimiento en distintas partes del cuerpo:

Cuello

El cuello tiene un arco de movimiento que incluye la flexión, extensión, rotación y flexión lateral. Este rango permite movimientos como inclinar la cabeza hacia adelante y hacia atrás, girar la cabeza hacia los lados y mover la cabeza de un lado a otro.

Pierna

El arco de movimiento de la pierna se centra principalmente en la cadera y la rodilla. La cadera permite la flexión, extensión, abducción, aducción y rotación, mientras que la rodilla se enfoca en la flexión y extensión. Estos movimientos son esenciales para caminar, correr y saltar.

Muñeca

La muñeca tiene un arco de movimiento que permite la flexión, extensión, desviación radial (hacia el pulgar) y desviación cubital (hacia el meñique). Estos movimientos son cruciales para actividades que requieren precisión manual, como escribir o manipular objetos.

Hombro

El hombro tiene uno de los arcos de movimiento más amplios del cuerpo, permitiendo flexión, extensión, abducción, aducción, rotación interna y externa, y circunducción. Este amplio rango de movimiento es lo que permite una gran variedad de movimientos del brazo, desde levantar objetos hasta lanzar una pelota.

Codo

El arco de movimiento del codo incluye principalmente la flexión y la extensión, aunque también permite una rotación limitada cuando el antebrazo gira (pronación y supinación). Estos movimientos son esenciales para realizar tareas como llevar alimentos a la boca o levantar objetos.

Manos y dedos

Las manos y dedos tienen múltiples arcos de movimiento que permiten la flexión, extensión, abducción y aducción. Estos movimientos son fundamentales para funciones de agarre, como sostener una taza, escribir o tocar un instrumento.

Pie y tobillo

El pie y el tobillo tienen un arco de movimiento que incluye la dorsiflexión, la flexión plantar, la inversión y la eversión. Estos movimientos son esenciales para actividades como caminar, correr y mantener el equilibrio.

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Comprender los arcos del movimiento de diferentes articulaciones es crucial para mantener la movilidad y la funcionalidad del cuerpo. Un rango de movimiento normal permite realizar actividades diarias sin restricciones, mientras que un arco de movimiento patológico puede limitar la calidad de vida. Mantener las articulaciones sanas a través de ejercicios, estiramientos y cuidado adecuado es fundamental para prevenir problemas en el arco de movimiento.

¿Cómo es el control de las infecciones hospitalarias?

Las infecciones hospitalarias, también conocidas como infecciones nosocomiales, representan un grave problema de salud pública a nivel mundial. Estas infecciones se adquieren durante la estancia en un hospital y pueden complicar significativamente la recuperación de los pacientes, aumentando la morbilidad, la mortalidad y los costos de atención médica. En este artículo, exploraremos qué son las infecciones hospitalarias, sus factores de riesgo, las infecciones más comunes y las medidas esenciales para su prevención, vigilancia y control.

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¿Qué son las infecciones hospitalarias o nosocomiales?

Las infecciones hospitalarias, también conocidas como infecciones nosocomiales, son infecciones que se adquieren durante la estancia en un hospital o centro de salud y que no estaban presentes ni en incubación al momento de la admisión del paciente. Estas infecciones son un desafío significativo para la salud pública y representan un problema crítico en la calidad de la atención médica.

Factores de riesgo

Existen varios factores que aumentan el riesgo de contraer infecciones hospitalarias:

  1. Estancia prolongada: Cuanto más tiempo permanezca un paciente en el hospital, mayor es la probabilidad de exposición a agentes infecciosos.
  2. Procedimientos invasivos: El uso de catéteres, ventiladores, sondas urinarias, y otros dispositivos médicos invasivos puede introducir microorganismos en el cuerpo, facilitando infecciones.
  3. Sistema inmunológico comprometido: Pacientes con enfermedades crónicas, tratamientos inmunosupresores, o con el sistema inmunológico debilitado tienen un mayor riesgo de infección.
  4. Higiene: La higiene deficiente de manos por parte del personal médico o visitantes, y la limpieza inadecuada de superficies, pueden propagar infecciones.
  5. Uso de antibióticos: El uso indiscriminado de antibióticos puede contribuir al desarrollo de bacterias resistentes, lo que aumenta la dificultad para tratar infecciones hospitalarias.

Infecciones más comunes

Las infecciones hospitalarias pueden afectar cualquier parte del cuerpo, pero algunas son más comunes:

  • Infecciones del Tracto Urinario (ITU): Generalmente asociadas al uso de sondas urinarias. Son causadas principalmente por bacterias como Escherichia coli.
  • Neumonía Asociada a Ventilación (NAV): Común en pacientes que requieren ventilación mecánica. Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus son agentes frecuentes.
  • Infecciones del Sitio Quirúrgico (ISQ): Pueden ocurrir después de una cirugía, especialmente si no se siguen adecuadamente los protocolos de esterilización y antisepsia.
  • Bacteriemias: Infección de la sangre, a menudo relacionada con el uso de catéteres venosos centrales. Bacterias como Staphylococcus aureus y Enterococcus son comunes.
  • Gastroenteritis: Infección del tracto gastrointestinal, frecuentemente causada por Clostridium difficile, relacionada con el uso de antibióticos.

Medidas de prevención, vigilancia y control

Para reducir el riesgo de infecciones hospitalarias, es crucial implementar medidas de prevención, vigilancia y control:

  • Higiene de manos: El lavado de manos es la medida más efectiva para prevenir infecciones hospitalarias. El personal de salud debe seguir estrictamente los protocolos de higiene antes y después de cada contacto con pacientes.
  • Uso adecuado de antibióticos: Es esencial utilizar antibióticos de manera adecuada para prevenir el desarrollo de resistencia bacteriana. Esto implica prescribir antibióticos solo cuando sea necesario y completar el tratamiento según lo indicado.
  • Esterilización y desinfección: Todo el equipo médico debe ser adecuadamente esterilizado, y las superficies del hospital deben desinfectarse regularmente. Esto incluye quirófanos, habitaciones de pacientes, y áreas comunes.
  • Vigilancia epidemiológica: La vigilancia constante de las infecciones hospitalarias es crucial para identificar y controlar brotes. Los hospitales deben monitorear y reportar las tasas de infección, identificando rápidamente cualquier aumento inusual.
  • Educación y capacitación: Capacitar al personal médico y de apoyo en las mejores prácticas de prevención de infecciones es fundamental. Además, educar a los pacientes y sus familias sobre la importancia de la higiene y el cumplimiento de los tratamientos también contribuye a reducir el riesgo de infecciones.

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Las infecciones hospitalarias son una amenaza seria para la salud de los pacientes y un desafío para los sistemas de salud a nivel mundial. Comprender los factores de riesgo, las infecciones más comunes, y las medidas de prevención es esencial para reducir su incidencia y mejorar la calidad de la atención médica. Implementar una combinación efectiva de higiene, uso adecuado de antibióticos, esterilización, vigilancia y educación puede marcar una diferencia significativa en la lucha contra estas infecciones.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes de la piel?

Las enfermedades de la piel son un problema común que afecta a personas de todas las edades y pueden variar desde condiciones leves hasta problemas graves que requieren atención médica. En este artículo, abordaremos cómo identificar enfermedades de la piel, qué es una enfermedad cutánea y cuáles son las lesiones más comunes de la piel.

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¿Qué es la enfermedad cutánea?

Una enfermedad cutánea es cualquier trastorno que afecta la piel. La piel, siendo el órgano más grande del cuerpo, actúa como una barrera protectora contra el entorno externo. Las enfermedades de la piel pueden ser causadas por diversas razones, incluyendo infecciones, inflamaciones, reacciones alérgicas, problemas inmunológicos, o incluso cáncer. Algunas condiciones cutáneas son temporales y leves, mientras que otras pueden ser crónicas y graves.

¿Cómo identificar enfermedades de la piel?

Identificar enfermedades de la piel requiere observar cambios en la piel y estar atento a los síntomas. Aquí hay algunas señales y síntomas comunes a tener en cuenta:

  1. Erupciones: Pueden aparecer como áreas rojas, inflamadas o con ampollas.
  2. Picazón: Sensación persistente de picazón que puede ir acompañada de inflamación.
  3. Sequedad: Piel seca, escamosa o agrietada que no mejora con la hidratación.
  4. Cambios en el color de la piel: Pueden aparecer manchas oscuras o claras, o pérdida de pigmentación en áreas específicas.
  5. Cambios en lunares: Lunares que cambian de color, tamaño o forma deben ser evaluados por un dermatólogo.
  6. Lesiones: Aparición de ampollas, úlceras o llagas abiertas.
  7. Cambios en las uñas o cabello: Fragilidad, caída del cabello o decoloración de las uñas.

Es crucial consultar a un dermatólogo si se experimentan estos síntomas para realizar una serie de pruebas, como biopsias cutáneas, cultivos, o análisis de sangre, para diagnosticar la condición exacta y poder tratar la afección eficazmente.

¿Cuáles son las enfermedades más comunes de la piel?

Las lesiones cutáneas pueden variar ampliamente en apariencia y gravedad. A continuación, se describen algunas de las más comunes:

  1. Acné: Una afección frecuente que ocurre cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células muertas de la piel. Suele aparecer en el rostro, cuello, espalda y hombros.
  2. Eccema (Dermatitis Atópica): Se caracteriza por la piel roja, inflamada y con picazón. Es más común en niños, pero puede persistir en la edad adulta.
  3. Psoriasis: Una enfermedad crónica que causa la rápida acumulación de células en la superficie de la piel, formando escamas y manchas rojas que causan picazón y, a veces, dolor.
  4. Urticaria: Erupciones rojas y elevadas que causan picazón. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y son una respuesta alérgica a ciertos alimentos, medicamentos o irritantes.
  5. Verrugas: Causadas por el virus del papiloma humano (VPH), son protuberancias en la piel, a menudo en manos y pies.
  6. Rosácea: Una afección que causa enrojecimiento y visibilidad de vasos sanguíneos en la cara. Puede producirse junto con protuberancias llenas de pus.
  7. Vitíligo: Una enfermedad que provoca la pérdida de pigmento en la piel, formando parches blancos irregulares en varias partes del cuerpo.
  8. Herpes Zóster: Causado por el mismo virus que causa la varicela, el herpes zóster puede provocar una erupción dolorosa con ampollas.

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Mantener una buena higiene, usar protector solar, evitar alérgenos conocidos y llevar una dieta equilibrada pueden ayudar a prevenir algunas enfermedades de la piel. Además, es esencial evitar la automedicación y buscar siempre el consejo de un profesional de la salud para un diagnóstico y tratamiento adecuado.

¿Por qué se celebra el Día Mundial del cerebro?

El Día Mundial del Cerebro es una fecha especial dedicada a la concienciación sobre la importancia de la salud cerebral y el bienestar mental. Celebrado cada 22 de julio, este día tiene como objetivo promover la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades del cerebro. En este artículo, exploraremos su origen y algunas recomendaciones para mantener nuestro cerebro en óptimas condiciones.

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Origen del Día Mundial del Cerebro

El Día Mundial del Cerebro fue establecido por la Federación Mundial de Neurología (WFN) en el año 2014. La WFN, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y diversas asociaciones neurológicas de todo el mundo, promueve esta jornada con el fin de dar visibilidad a los problemas relacionados con la salud cerebral. Cada año, la celebración se centra en un tema específico, como la prevención del ictus, las enfermedades neurodegenerativas o la importancia de la salud mental en general.

Recomendaciones para tener un cerebro sano

Mantener un cerebro sano es fundamental para una vida plena y activa. A continuación, te ofrecemos algunas recomendaciones clave para cuidar tu salud cerebral:

  1. Alimentación saludable: Una dieta equilibrada rica en antioxidantes, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales es esencial para el buen funcionamiento del cerebro. Alimentos como pescado, nueces, frutas, verduras y granos enteros son ideales para nutrir tu mente.
  2. Ejercicio regular: El ejercicio físico no solo beneficia al cuerpo, sino también al cerebro. Actividades como caminar, nadar o practicar yoga pueden mejorar la memoria y las habilidades cognitivas, así como reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
  3. Estimulación mental: Mantén tu cerebro activo con actividades que desafíen tu mente, como leer, resolver crucigramas, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical. Estas actividades ayudan a crear nuevas conexiones neuronales y a mantener la agudeza mental.
  4. Sueño de calidad: Dormir bien es crucial para la salud cerebral. Asegúrate de dormir entre 7 y 9 horas cada noche para permitir que tu cerebro descanse y se repare. El sueño insuficiente puede afectar negativamente la memoria y la concentración.
  5. Gestión del estrés: El estrés crónico puede tener efectos perjudiciales en el cerebro. Practica técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el mindfulness para reducir el estrés y mejorar tu bienestar mental.
  6. Socialización: Las interacciones sociales positivas son importantes para la salud cerebral. Mantén relaciones significativas y participa en actividades sociales para estimular tu mente y combatir la soledad y la depresión.
  7. Prevención de lesiones: Protégete de lesiones cerebrales utilizando casco al andar en bicicleta, cinturón de seguridad en el coche y tomando medidas de seguridad en el hogar para evitar caídas.

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El Día Mundial del Cerebro es una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la salud cerebral y adoptar hábitos que promuevan el bienestar mental. Al seguir estas recomendaciones, no solo estarás cuidando de tu cerebro, sino también mejorando tu calidad de vida en general. Celebremos juntos este día, reconociendo el papel crucial que juega el cerebro en nuestras vidas y comprometiéndonos a protegerlo y nutrirlo cada día.

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